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Alimentación

Por qué comprar fruta cortada puede ser un riesgo para la salud

Almacenar frutas cortadas a temperatura ambiente puede representar un riesgo sanitario

El consumo diario de frutas y verduras es clave para prevenir enfermedades como la diabetes, el sobrepeso, la hipertensión arterial, las afecciones cardiovasculares y el cáncer.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda ingerir al menos 400 gramos de estos alimentos al día, mientras que el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) aconseja consumir tres raciones de hortalizas (crudas y cocidas) y entre dos y tres raciones de fruta diariamente.

Para cumplir con estas recomendaciones, muchas personas optan por llevar fruta cortada en un táper como postre o tentempié durante la jornada laboral. Sin embargo, los nutricionistas advierten que, al cortar la fruta, se rompe la barrera natural que la piel proporciona a las vitaminas antioxidantes, exponiendo su pulpa al oxígeno y provocando la pérdida de nutrientes, especialmente la vitamina C, y en menor medida, las vitaminas A y E.

El problema se agrava si la fruta no se conserva adecuadamente en el refrigerador. Aparte de perder más nutrientes, puede contaminarse con bacterias patógenas como Salmonella, Listeria y Escherichia coli, lo que supone un riesgo para la salud.

Fruta cortada en el súper

En febrero de 2022, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria publicó un informe sobre las condiciones de conservación de la fruta cortada en supermercados. El Comité Científico evaluó la posibilidad de mantener a temperatura ambiente frutas voluminosas como melón o sandía cortada por la mitad durante un tiempo limitado, sin comprometer la seguridad de los consumidores.

Para ello, analizaron los factores que favorecen la presencia y el crecimiento de patógenos en frutas como melón, sandía, piña y papaya. Según sus conclusiones, almacenar estas frutas cortadas a temperatura ambiente representa un riesgo sanitario, ya que sus características fisicoquímicas pueden propiciar la proliferación de microorganismos dañinos.

Cuanto más ácidas y maduras estén, mayor es el riesgo de contaminación, siendo la piña la fruta más susceptible debido a su bajo pH

Sin embargo, el informe señala que mantener la fruta cortada por la mitad a temperatura ambiente por un período breve no parece aumentar significativamente el riesgo, siempre que posteriormente se refrigere de inmediato y se consuma en un tiempo razonablemente corto. En este sentido, se pueden admitir temperaturas de hasta 25 °C durante un máximo de 3 horas, siempre que el lugar esté bien ventilado y protegido de la luz solar, seguido de un almacenamiento continuo en refrigeración a menos de 5 °C.

Cómo cortar la fruta

Los expertos recomiendan seguir unas pautas a la hora de lavar, cortar y almacenar las frutas en casa. Para conservar todos los nutrientes, los expertos recomiendan dejarlas sin lavar y con la piel intacta hasta el momento del consumo.

A la hora de cortar la fruta se debe utilizar un cuchillo limpio para no introducir bacterias. El cuchillo debe estar afilado ya que, a diferencia de una hoja sin filo, no daña tanto el producto. Como resultado, hay menos fugas de calcio y potasio y menos producción de malos olores. Una vez cortada la fruta y verdura hay que guardarla en recipientes herméticos en la nevera.

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