La razón por la que los táperes de plástico salen siempre mojados del lavavajillas

Es un problema tan tonto como molesto: esperar un buen rato a que estén limpios los platos y que, cuando se acaba el ciclo de lavado, queden algunos mojados no es de la conveniencia de nadie. Suelen ser los platos, vasos y táperes de plástico los que terminan húmedos al final del lavado y esto tiene una explicación científica de la que ha hablado el investigador industrial de la Universidad de Australia del Sur, Kamil Zuber.

La primera de las razones está relacionada con la forma en la que los platos mantienen el calor. La capacidad térmica de cada material, a veces también denominada «masa térmica», presenta una gran variedad: la cerámica, el vidrio y los metales pueden almacenar más calor y tardan más en cederlo a su entorno que los plásticos. Por tanto, que la cerámica y los metales se enfríen más lentamente facilita la evaporación del agua restante de sus superficies, cosa que no pasa en los plásticos.

Además, los plásticos son hidrófobos, es decir, que repelen el agua. El efecto que esta propiedad genera en el agua es que se formen esas gotas tan características que aparecen en la superficie de un chubasquero o de una sartén antiadherente. Los materiales hidrófilos permitirán que el agua recubra su superficie de forma plana y homogénea, como pasa con los platos de porcelana, por ejemplo.

Otro factor a tener en cuenta es la composición del jabón de lavavajillas que se introduce para los lavados: contiene surfactantes o tensioactivos que ayudan a reducir la tensión entre dos líquidos. El uso que esto tiene para el lavado es que, de esta forma, las diferentes densidades del aceite y del agua no serán un obstáculo para eliminar la grasa, ya que se podrá incorporar al agua.

Mientras se mantienen activos estos componentes, el agua tendrá más facilidad para expandirse a lo largo de utensilios de plástico, pero al final del ciclo cuando se haya pasado ya su efecto, el agua se habrá acumulado en los platos de plástico con facultades hidrófobas y se habrá extendido por platos de cerámica, vasos de vidrio, tazas y ollas de metal más hidrófilos.

Una gran gota de agua se evapora más lentamente que cuando la misma cantidad de agua se distribuye de forma más fina por los platos y ollas. Una forma de facilitar que las gotas se evaporen con más rapidez será abrir la puerta del lavavajillas cuando haya terminado el ciclo para dejar salir el vapor, lo que hará que el agua se condense menos y las gotas pierdan estructura.