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La culpa de muchos de los dolores de espalda y pies la tienen los zapatos estrechos, rígidos y de suela ancha o tacónGTRES

Por qué usar zapato con forma de pie: la moda del 'barefoot'

Jesús Serrano, fisioterapeuta, asegura que muchos de los dolores de espalda y pies la tienen los zapatos estrechos, rígidos y de suela ancha o tacón

Dolor de talón, en el dedo gordo o en el arco, los pies son los responsables de muchas de las patologías que se ven en las consultas de traumatología y fisioterapia. Jesús Serrano, fisioterapeuta e INEF, asegura que mucha de la culpa la tienen los zapatos que se usan. El profesional y autor del libro La salud a tus pies (Ed. HarperCollins) afirma que «el calzado adecuado tiene que tener forma de pie» y esto qué significa.

Serrano asegura que el calzado convencional tiende a deformar los huesos y las articulaciones por lo que la musculatura se inhibe. Este hecho tiene una gran importancia en, por ejemplo, la fascitis plantar que conlleva un dolor agudo en el talón. Aunque las plantillas pueden funcionar, el fisioterapeuta aconseja entrenar el pie descalzo «y usar un calzado barefoot que ayude al pie a seguir funcionando como pie el resto del día».

Algo similar ocurre con otras patologías y dolencias en los pies como la metatarsalgia o dolor en los metatarsos que, según explica el profesional en el libro, se produce por las punteras estrechas en los zapatos que hacen que los dedos no trabajen y por los talones elevados, que favorece que el peso recaiga en esta zona. La solución, «hacer funcionar al pie de forma correcta. Con todos los dedos bien alineados y musculados» y añade: «Se trata de conseguir que el pie se comporte como pie para que apoye cien por cien de su superficie y no solo en la zona de dolor».

Consejos para aliviar el dolor

Jesús Serrano afirma que cuando duelen los pies, el 99 % de las veces es porque el pie no cabe en el calzado convencional y aconseja:

  1. Eliminar el calzado estrecho: «Si con algún modelo tenéis dudas, sacad la plantilla de dentro y pisarla con el pie descalzo y con los dedos bien abiertos. ¿Cabe? Me atrevería a asegurar que en casi ninguno ocurrirá. Todos o la inmensa mayoría de vuestros zapatos os están atrofiando y deformando pies y dedos».
  2. Buscar siempre calzado que respete el tamaño y forma de cada pie.
  3. Usar zapato flexible.
  4. Entrenar lo que no funciona caminando con el pie descalzo siempre que se pueda.
  5. Usar separadores para alinear los dedos correctamente.
  6. Ir, poco a poco, usando zapatos con menos suela para recuperar la salud original de los pies.

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