
Presa de Youssef Ben Tachfin en el uadi de Massa
Marruecos también respira tras las lluvias de marzo al aliviar una sequía récord de seis años
Las abundantes y persistentes lluvias que han afectado en este mes de marzo a España han servido para llenar los embalses, que se sitúan ya al 71,2 % de su capacidad. Muchos de ellos se han visto obligados a desaguar, lo que ha conllevado la consecuente subida del nivel de muchos ríos, que han causado más de un problema en varias localidades.
Pero nuestro país no ha sido el único que se ha visto favorecido tras una época de escasez de agua, que veníamos arrastrando desde finales de 2023. Nuestro vecino del sur, Marruecos, atravesaba un período de sequía de seis años, una situación a la que no veían fin, ya que a principios de este año auguraban que habría un déficit de precipitaciones del 60 %.
Sin embargo, un bloqueo anticiclónico entre Islandia y Groenlandia ha sido el responsable de enviar a las borrascas a latitudes que no son habituales, es decir, donde nos encontramos nosotros. Esto ha provocado que toda el agua que debería estar cayendo en las Islas Británicas, Islandia o Centroeuropa lo haya hecho en España, Portugal o Marruecos.
Tras este episodio, la situación en el país vecino ha cambiado drásticamente. Según datos del Ministerio de Equipamiento y Agua, el nivel de llenado de las presas, a fecha del 16 de marzo, ascendía al 34,8 %, lo que representa un volumen de reservas de más de 5.861 millones de m³, frente al 26,6 % del mismo periodo de 2024. Algunos embalses, como los de Oued Za, Chefchauen o Sidi Saïd Maâchou, se encuentran al 100 % de su capacidad, mientras que otros como situados en el norte superan el 90 %.«El nivel actual del agua debería permitirnos pasar el verano sin cortes crónicos de agua como los que ocurrieron en el verano de 2024, cuando algunas ciudades pasaron varios días sin agua potable», declaró Ali Hatimy, cofundador y presidente de Nechfate, el principal medio de comunicación marroquí de divulgación sobre el cambio climático.
Estas precipitaciones han abastecido notablemente a dos embalses clave: el de Al Wahda, esencial para el riego de las regiones circundantes, y el de Sidi Mohamed Ben Abdellah, principal abastecedor de agua potable a la capital y sus alrededores. Ambos han recibido 116 y 13,2 millones de metros cúbicos, respectivamente, lo que ha supuesto un gran aporte y les ha permitido situarse en el entorno del 50 % de capacidad.
Mejor situación, pero sin abandonar la sequía
Aunque la noticia positiva está presente, no debe oscurecer la realidad: 2025 sigue siendo un año marcado por la sequía. Según apunta a Environment Magazine el cofundador de Nechfate, «la temporada de lluvias 2024/2025 muestra un déficit de precipitaciones del 40 % hasta el 15 de marzo, en comparación con la media histórica entre 1980 y 2010». Esto subraya que, a pesar de las lluvias de marzo, el país aún enfrenta una grave escasez de agua. Las reservas en las presas permanecen en niveles muy bajos y la agricultura no ha logrado una plena recuperación.
Aunque las lluvias de este mes puedan aliviar temporalmente la situación, serán necesarios varios años de precipitaciones regulares para que los niveles de las capas freáticas se incrementen de manera significativa. Además, la sobreexplotación de los recursos hídricos, destinada en gran parte al riego de los cultivos de exportación, alcanza entre 3.000 y 4.000 millones de metros cúbicos anuales, una cantidad equivalente al caudal anual del mayor río de Marruecos, el Sebou. Por lo tanto, a pesar de los avances momentáneos, el problema del agua sigue siendo crítico y requerirá de esfuerzos sostenidos a largo plazo.
Prohibición de sacrificio de ovejas y cabras
Estas lluvias llegan tras la reciente medida tomada por los ministerios de Agricultura e Interior de Marruecos, que han prohibido el sacrificio de hembras ovinas y caprinas durante un año debido a los efectos de la sequía prolongada que ha afectado la producción y productividad ganadera en el país. La prohibición tiene como objetivo proteger a las hembras reproductoras y evitar una disminución aún mayor del censo ganadero, lo que podría poner en riesgo la actividad en el futuro, según las autoridades marroquíes.
A pesar de las lluvias recientes, Marruecos continúa enfrentando su séptimo año de sequía, lo que ha provocado una reducción del 38 % en el número de cabezas de ganado. Esta situación llevó al rey Mohamed VI a solicitar, el pasado 26 de febrero, que la población se abstuviera de sacrificar corderos durante el próximo mes de junio, en la festividad musulmana de 'Eid al-Adha'. Esta será la primera vez que se suspende este importante ritual desde la ascensión al trono del monarca en 1999, y la cuarta vez en la historia contemporánea del país, después de las anulaciones de 1963, 1981 y 1996.