Protestas
La revolución de la miel: «Como sector estamos muertos y arruinados»
Los apicultores se manifiestan a la desesperada «para hacer ruido y que el consumidor sepa la realidad y elija la miel de verdad»
«Estamos peor que nunca». Esta es la contundente afirmación de Pedro Loscertales, responsable del sector apícola de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) sobre la situación que empuja a los productores de miel frente a la sede de la Unión Europea en Madrid.
La protesta de los apicultores que tendrá lugar este martes 27 de enero desde las 11.00 horas en el 46 del Paseo de la Castellana supone la primera manifestación del campo en un año como mínimo intenso para las instituciones en este aspecto. El acto se desarrolla de forma simultánea en París y Lisboa, en el contexto del frente impulsado el pasado diciembre con apicultores de Francia (Unión Nacional de Apicultores franceses UNAF) y Portugal (Federación Nacional de Apicultores Portugueses FNAP), para luchar contra el fraude masivo que denuncian los apicultores.
En marzo de 2023, la Comisión Europea evidenció con un informe realizado conjuntamente entre la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), el JRC (Centro Común de Investigación de la Unión Europea) y la DG Sante (Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea) la problemática que lleva al a extremo a los productores de miel.
«Hace dos años, la UE evidenció la trampa con el informe, pero desde entonces no se ha avanzado nada. La Comisión Europea ha abandonado a los apicultores europeos», lamenta en conversación con El Debate Loscertales, que denuncia la cascada de siropes y sucedáneos de miel que se venden como miel en los lineales de las grandes cadenas de distribución europeas.
Según el informe mencionado, un 46 % de las muestras europeas analizadas fueron fraudulentas y un 66 % de las empresas importadoras controladas tuvieron, al menos, un resultado positivo. En el caso de España, los porcentajes se elevan a un 51 % de importaciones con producto mezclado y un 85 % de empresas importadoras con, al menos, un resultado positivo.
«Para que la gente se dé cuenta, lo que pasa con la miel y los jarabes de miel es como si la mitad de la leche de vaca que entra en la UE fuera un derivado mezclado con leche vegetal. A nivel de consumo no representa una alerta sanitaria porque los jarabes están permitidos para edulcorar en la UE, pero es un fraude al consumidor. Está pagando como miel algo que es una sustancia edulcorante. Eso no es miel. La miel solo la producen las abejas», asevera Loscertales.
La entrada de siropes y jarabes de miel se suma a la llegada masiva de supuesta miel ucraniana que, tal y como ha denunciado COAG en numerosas ocasiones, China triangularía en el país en guerra para aprovecharse de los acuerdos de aranceles.
«La UE y el Gobierno español tienen que actuar de inmediato; reforzando los controles en frontera, validando los métodos de análisis y prohibiendo la ultrafiltración», insiste Loscertales, que señala a la ultrafiltración como el método para hacer pasar como miel los sucedáneos que distorsionan el mercado y hunden los precios de la miel española.
Para demostrar que lo que llega como miel a los lineales de los supermercados no lo es, los apicultores exigen que se validen los cuatro métodos de análisis existentes. «Esto tendría que haber sucedido antes. Homologar un método de análisis son tres años, por lo que como sector estamos muertos y arruinados», explica Loscertales, que apunta a las reivindicaciones como una maniobra a la desesperada «para hacer ruido y que el consumidor sepa la realidad y elija la miel de verdad».
La investigación de COAG advierte que el precio de determinados productos importados y comercializados en España es incompatible con su etiquetado como miel en el mercado. «Esta es una realidad inasumible para un sector que está apostando, cada vez más, por las producciones sostenibles y de calidad, así como por adaptarse a unos efectos del cambio climático devastadores para las abejas y para nuestra actividad», añade Loscertales, que concluye que «no sólo está en juega nuestro futuro profesional, Europa se juega la polinización de campos y cultivos y todos sus beneficios asociados a la alimentación y la biodiversidad».