Rodrigo y Raquel, los apicultores que se bañan en miel por el fraude que hunde el precio de su producción
Rodrigo y Raquel tienen 41 y 36 años, una niña de 4 y hace dos que son apicultores profesionales, aunque ya ha pasado una década desde que se rodean de abejas, miel, ahumadores y buzos.
Ella es la titular de la explotación en La Alcarria (Guadalajara) que da de comer a una familia que, antes de dedicarse exclusivamente a esta particular forma de ganadería, se ganaba el pan en eternas jornadas en el sector hostelero.
«Teníamos un restaurante en un pueblo de Guadalajara y mi mujer dirigía un hotel rural. Como vía de escape empezamos con la apicultura, que pasó de ser una afición a hacernos dejar la hostelería y así poder formar una familia con más libertad», explica en conversación con El Debate Rodrigo, ya tranquilo desde el sofá de su casa tan solo unas pocas horas después de protagonizar un espectacular baño de miel frente a las oficinas de la Comisión Europea en Madrid, en el 46 del Paseo de la Castellana durante la manifestación convocada por COAG y Unión de Uniones contra la entrada de siropes, jarabes y sucedáneos que se etiquetan como miel en los lineales de los supermercados.
En pleno invierno, bañador, flotador y numerosos botes para derramar 200 kilos de miel ante la sede madrileña de la Comisión «que permite la entrada de un edulcorante que venden como miel en Europa».
En marzo de 2023, la Comisión Europea evidenció con un informe realizado conjuntamente entre la OLAF (Oficina Europea de Lucha contra el Fraude), el JRC (Centro Común de Investigación de la Unión Europea) y la DG Sante (Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea) que un un 46 % de las muestras europeas analizadas fueron fraudulentas y un 66 % de las empresas importadoras controladas tuvieron, al menos, un resultado positivo. En el caso de España, los porcentajes se elevan a un 51 % de importaciones con producto mezclado y un 85 % de empresas importadoras con, al menos, un resultado positivo.
Los apicultores denuncian que la presencia masiva de siropes y sucedáneos de miel distorsiona el mercado y hunde el precio de la miel española «Los europarlamentarios, que bajen, que lo que estáis consiguiendo es esto, que regalemos la miel», denunciaban a gritos Rodrigo y Raquel con el respaldo de unos 450 apicultores.
«Ha sido un poco improvisado, la verdad», comenta Rodrigo, entre la abrumación por la cantidad de mensajes recibidos tras el chapuzón de miel y el alivio gracias a una prolongada ducha caliente. La idea fue de Enrique Simó, veterinario de Apiads (Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola), y Raquel se encargó de darle un toque diferencial a la escena.
«Ha habido un momento de miedo escénico. Cuando hemos llegado hemos dicho: 'A ver, con el frío que hace, vamos a replantear esto. Además, estaba el ambiente un poco frío, pero bueno, ya te calientas y te metes en el asunto. Mi mujer, Raquel sí que tiene más tablas porque ha hecho teatro y ha dirigido alguna cosa, pero a mí me ha pillado con el pie cambiado totalmente», confiesa Rodrigo, que destaca la importancia de las movilizaciones anunciadas por los productores de miel.
La entrada de siropes y jarabes de miel se suma a la llegada masiva de supuesta miel ucraniana que, tal y como ha denunciado COAG en numerosas ocasiones, China triangularía en el país en guerra para aprovecharse de los acuerdos de aranceles. La preocupación por la supervivencia de esta labor ganadera traspasa a los productores, que apuntan que no sólo está en juega el futuro de un sector profesional, sino que «Europa se juega la polinización de campos y cultivos y todos sus beneficios asociados a la alimentación y la biodiversidad».
Entre las reclamaciones de los apicultores, priman los controles en fronteras, la validación de los métodos de análisis y la prohibición de la ultrafiltración que permite hacer pasar como miel los sucedáneos que tiran por los suelos el precio de la miel española.