Fundado en 1910

08 de septiembre de 2024

Silla episcopal de la catedral de Sevilla

Silla episcopal de la catedral de SevillaCARLOS MARIN

¿De dónde viene la expresión «quien se fue a Sevilla perdió su silla»?

Un conflicto familiar, con la Iglesia de por medio, dio origen a una de las expresiones más populares del refranero español

El paso del tiempo, ha provocado el desuso de algunas expresiones. Otras han cambiado su significado, dificultando reconocer su origen. No es el caso del dicho popular «quien se fue a Sevilla, perdió su silla». Ya estaba recogido en el Tomo VI del Diccionario de Autoridades, en el año 1739, como refrán, haciendo referencia a quien «persuade a no descuidarse en la manutención del empleo, que se goza, pues la diligencia de otros lo suele saltear, o hacer que se pierda». Igualmente, añade: «Dícese también por la ausencia, la cual suele causar mudanzas y novedades».

En este significado se atisba el origen de la expresión, situado en un episodio de la amplia historia de España. Se trata del relato de un conflicto familiar en el que se vieron involucrados tanto el rey de Castilla como el papa de la época.

Tío y sobrino nombrados obispos

Debemos remontarnos a la segunda mitad del siglo XV, cuando tuvo lugar un episodio protagonizado por la familia Fonseca. En aquel momento, la Península Ibérica se encontraba en la última etapa de la Reconquista, con la presencia musulmana relegada a las últimas ciudades del sur de lo que ahora es Andalucía.

A la muerte del cardenal Cervantes, en 1453, Alonso I de Fonseca le sucedería a la cabeza de la Iglesia de Sevilla. El nuevo arzobispo era de confianza del rey de Castilla, Enrique IV, quien era hermanastro de la que sería Isabel la Católica.

En aquella época también quedó vacante la sede de Santiago de Compostela. Fue el sobrino del pontífice sevillano, también de nombre Alonso, conocido como Alonso II de Fonseca para diferenciarlos, el que fuera elegido para el cargo. Mientras que Sevilla había vuelto a manos cristianas en 1248, habiéndose convertido en la ciudad más próspera y poblada de Castilla, la situación en Galicia era más bien tensa debido a las disputas acaecidas por territorios en las que se vio envuelto el arzobispo compostelano. Ante la situación, en 1465, el tío propuso al sobrino intercambiar sus sillas arzobispales de forma temporal ante la mayor experiencia de Alonso I hasta que las aguas se tranquilizasen.

Era 1469 cuando los problemas se habían esfumado casi por completo. Es por ello por lo que Alonso I de Fonseca instó a su sobrino a recuperar sus sedes originales. Para su sorpresa, este se negaba a volver al norte. La falta de acuerdo entre los prelados obligó a intervenir tanto a Enrique IV como el papa Pío II, que tuvieron que mediar para poner paz entre los familiares. El tío volvió a Sevilla y el sobrino, a Santiago de Compostela.

Aquel hecho dio lugar a una de las frases acuñadas por el refranero español. Sin embargo, actualmente se emplea de forma diferente. La expresión original debería ser «quien se fue de Sevilla perdió su silla».

Comentarios
tracking