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El escritor salvadoreño Javier Zamora presenta su libro en Barcelona

El escritor salvadoreño Javier Zamora presenta su libro en BarcelonaEFE

'Solito': viaje homérico a la tierra prometida

Novela autobiográfica de un niño de nueve años que emigró desde su país a Estados Unidos. Un texto muy pegado a la tierra que nos ofrece la dura realidad de muchas personas

Viajar desde El Salvador hasta los Estados Unidos es un viaje complicado si no se hace en avión. Hay que cruzar tres grandes países y más de cinco mil kilómetros (para contextualizar, desde Madrid a Moscú hay unos cuatro mil), pero puede empeorar aún más si además de la distancia, el propio objeto del viaje te convierte en un forajido perseguido por la justicia. Si a todo esto le sumamos que el emigrante es un niño de nueve años que está solo, la odisea se convierte en poco menos que reto imposible. Eso es exactamente lo que cuenta este libro, basado en hechos reales y con final feliz.

solito (libro)

Editorial Random House. 459 páginas

Solito

Javier Zamora

Javier Zamora narrativiza la trayectoria que realizó en 1999, cuando aún no había cumplido los diez, para vivir con sus padres que le esperaban en los Estados Unidos. El precio del trayecto impidió que ningún miembro de su familia le pudiera acompañar, por lo que tuvo que viajar con un grupo de desconocidos con los que compartía mismo fin. Basta leer la biografía del autor para saber que su periplo tuvo final feliz. Se reunió con sus padres y desde entonces vive en los Estados Unidos. Tiene varios libros de poesía publicados y esta es su primera novela. En 2019 consiguió finalmente un visado, el llamado de «habilidades extraordinarias» precisamente por su creación literaria.

Como toda novela de autoficción, donde se combina la narración con acontecimientos vividos en primera persona, el reseñador se siente atado al menos por una mano a la hora de valorar el libro, pues el aspecto estético se confunde con el biográfico. Desde mi punto de vista, tan cojo quedaría una reseña que solo se fijara en el elemento artístico como otra que solo valorara el social o político. En Solito se describe el trauma de la migración, pero es además un libro con una voluntad literaria fuerte.

Uno de los aspectos más interesantes del libro, desde el punto de vista literario y cultural, es el idioma en que fue escrito y cómo nos llega ahora. El libro salió hace más de un año en los Estados Unidos tal y como Zamora lo había escrito: en inglés. Tiempo después salió una traducción en español. Ahora llega esa misma traducción a España de la mano de Random House. No es nuevo que haya hispanohablantes que escriban en inglés, pero este caso me parece especialmente reseñable por la importancia del idioma en los hechos narrados. Tanto el protagonista como el resto de los migrantes salvadoreños tienen que hacerse pasar por guatemaltecos primero y mexicanos después, e imitar los dialectos, del mismo modo que, una vez en la frontera, se describen los problemas de comunicación con los agentes de inmigración, que chapurrean el español. El resultado es un libro de una diversidad lingüística enorme, el protagonista escribe el dialecto salvadoreño (de hecho, el traductor es de ese país) y se van mezclando dialectos variados hasta utilizar incluso el spanglish.

Una de las grandes aportaciones de la narrativa es el punto de vista. Solo la ficción nos permite meternos en la cabeza de personas ajenas y vivir su mundo en primera persona. La inmigración es un asunto tremendamente complejo que no se puede tratar a la ligera. Como todos los grandes problemas, ayuda a entender afrontándolo desde más de un punto de vista. Muchas veces en los países objeto de inmigración se posee solo la perspectiva propia sin considerar la ajena y este libro precisamente sirve, más allá de su calidad literaria, para ponerse en la piel del emigrante. El propio autor parece consciente de ello al utilizar una primera persona en tiempo presente, una rareza literaria, por lo que se evita cualquier tipo de interpretación posterior de los acontecimientos. En todo momento estamos viendo la perspectiva de un niño pequeño que se mueve en un tiempo congelado, no la de un adulto que recuerda un acontecimiento traumático en su vida.

Además del gran tema de la inmigración, Solito trata de la infancia y de la percepción cultural, lo que enriquece un discurso que, tal vez, quedaría un poco cojo. En suma, es un libro notable por lo que cuenta y por cómo lo cuenta.

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