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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Las horas efectivas trabajadas se han desplomado un 6,5 % desde 2008

Si se aprueba la reforma que reduce la jornada laboral a 37,5 horas semanales, la productividad podría verse aún más afectada

Actualizada 04:30

El Instituto Nacional de Estadística de la nada dudosa Elena Manzanera acaba de publicar los datos del último trimestre de 2024 sobre las horas trabajadas por trabajador. Estas se dividen en horas pactadas, horas pagadas y horas efectivas, con distinción entre jornadas a tiempo completo, tiempo parcial y la media de ambas.

Antes de analizar los resultados, conviene entender la diferencia entre estos conceptos:

  • Horas pactadas: son las horas de trabajo acordadas en el contrato laboral o convenio colectivo. Por ejemplo, un contrato puede establecer 40 horas semanales.
  • Horas pagadas: son las horas por las que se recibe remuneración, aunque no necesariamente sean efectivas de trabajo. Pueden incluir descansos remunerados, formación o tiempo de disponibilidad. Por ejemplo, si una empresa paga por 8 horas diarias pero incluye 30 minutos de descanso remunerado, estas siguen contando como horas pagadas.
  • Horas efectivas: son las horas en las que realmente se desempeña el trabajo, excluyendo pausas y periodos sin actividad laboral. Por ejemplo, si de las 8 horas pagadas se descuenta una hora de descanso, solo 7 horas serían efectivas de trabajo.

De este modo, con un contrato de 40 horas pactadas, si todo el tiempo está remunerado, las horas pagadas también serían 40. Sin embargo, si hay 5 horas destinadas a descansos o pausas, las horas efectivas quedarían en 35.

Este aspecto es crucial porque las horas efectivas determinan la producción real. Cuantas menos horas efectivas se trabajen, menor será la productividad por hora real de trabajo. Aunque la tecnología haya avanzado y permita producir más en menos tiempo, si trabajásemos más, la producción aumentaría aún más. Así que ahora toca ver que pasó en el cuarto trimestre de 2008 y lo que ha pasado en el último trimestre de 2024:

La elección de 2008 no es casual: fue el primer año en que se recogió esta estadística y también marcó el inicio de la crisis financiera global, aunque sus efectos aún no se habían reflejado por completo en la economía española. No fue hasta 2013 cuando el desempleo alcanzó su máximo histórico, con 5,9 millones de parados y un 54 % de paro juvenil. Sin embargo, ya en el cuarto trimestre de 2008 se intuía que una crisis importante estaba en camino.

Los datos muestran que, en promedio, trabajamos un 0,1 % más en 2024 que en 2008. Las jornadas a tiempo completo han permanecido prácticamente iguales, mientras que en las de tiempo parcial han aumentado las horas trabajadas. La media ha pasado de 32,87 horas pactadas a 32,89 horas semanales en 16 años.

En cuanto a las horas pagadas, los resultados son similares y no aportan información relevante. Sin embargo, al analizar las horas efectivas trabajadas, observamos cambios sustanciales. Las reformas laborales han llevado a que los empresarios pacten ciertas horas de trabajo, las paguen, pero con una brecha significativa entre lo pactado y lo realmente trabajado.

Las horas efectivas trabajadas han caído de 28,8 horas semanales en 2008 a 26,9 horas en 2024, lo que representa una reducción del 6,5 %. En las jornadas a tiempo completo, la caída es del 4,2 %, situándose en 29,8 horas semanales efectivas. Aunque en las jornadas a tiempo parcial ha habido un aumento, la media general se ha reducido significativamente.

Este es uno de los problemas más graves de nuestra economía. Si se aprueba la reforma que reduce la jornada laboral a 37,5 horas semanales, la productividad podría verse afectada aún más. Como ya he mencionado en anteriores artículos, este Gobierno está jugando con fuego en materia económica y nos va a quemar a todos.

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