Fundado en 1910
Análisis económicoJosé Ramón Riera

Así construye Sánchez un país de burócratas

La Administración Pública tiene una masa salarial superior a toda la agricultura, la industria y la construcción juntas

Actualizada 04:30

Este artículo será un poco más técnico de lo habitual, pero prometo intentar, como siempre, explicar la economía para quienes no son economistas. Los expertos en macroeconomía no necesitan estas explicaciones porque las conocen al dedillo, y posiblemente incluso mejor que yo.

Hoy quiero mostrarles el Producto Interior Bruto (PIB) desde el punto de vista de las rentas. Hasta ahora, siempre hemos hablado del PIB desde la óptica de la demanda, es decir, cuánto hemos consumido, cuánta inversión se ha generado, cuántas exportaciones hemos realizado y cuánto nos han restado las importaciones.

También lo hemos analizado desde el punto de vista de la oferta, que no es otra cosa que el valor agregado de los principales sectores económicos, como la agricultura, la industria, la construcción y los servicios. Dentro de estos, cada uno de los subsectores ha sido definido para facilitar la comparación de datos de manera coherente.

Hoy lo examinaremos desde el punto de vista de las rentas, que mide la riqueza generada por nuestro país a través de tres grandes conceptos:

  • La remuneración de los asalariados, que incluye sueldos y cotizaciones sociales.
  • El Excedente Bruto de Explotación y Rentas Mixtas, que engloba los beneficios empresariales y las rentas de los autónomos.
  • Los impuestos sobre la producción menos las subvenciones, que incluyen el IVA neto (repercutido menos soportado), los impuestos especiales, los aranceles, el IBI y otros tributos, descontando las subvenciones estatales a las empresas.

A través de esta perspectiva, entenderemos por qué un gobierno intervencionista puede generar situaciones paradójicas en la economía.

Un ejemplo claro es la política de aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) mediante decreto ley, sin consenso con los empresarios. En el corto plazo, esta medida genera un incremento en la renta de los asalariados y, por lo tanto, un mayor PIB. Si la solución fuera tan sencilla, bastaría con subir los salarios todos los días.

Sin embargo, existe un efecto secundario: si los salarios aumentan sin trasladar ese costo a los precios, se reduce el Excedente Bruto de Explotación (es decir, los beneficios empresariales), por lo que el crecimiento del PIB queda neutralizado. Si, en cambio, los costos laborales se trasladan a los precios, el efecto es doble: genera inflación y reduce la competitividad, lo que puede disminuir las ventas y los beneficios empresariales.

Nuestras exportaciones están estancadas y lejos del máximo alcanzado en 2022

Como resultado, hoy enfrentamos un problema cada vez más grave: nuestras exportaciones están estancadas y lejos del máximo alcanzado en 2022.

Por otro lado, algo en lo que el Gobierno no duda es que, cuantos más empleados públicos haya, más salarios se pagarán y más crecerá el PIB. Desde la llegada de Pedro Sánchez, la Administración Pública ha sumado 459.000 nuevos empleados, lo que ha elevado la masa salarial del sector público a 212.000 millones de euros. Para costear esto, se ha generado más déficit y deuda, aunque el PIB haya crecido.

Para que vean como se ha compuesto nuestro PIB Nominal desde el punto de vista de las rentas he preparado este cuadro:

Así, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB de España ha alcanzado los 1,592 billones de euros. De esta cifra:

  • El 48,4 % (770.480 millones de euros) proviene de la remuneración de los asalariados, incluyendo cotizaciones sociales.
  • El 41,8 % (665.546 millones) corresponde a beneficios empresariales y rentas de autónomos.
  • El 9,8 % (155.601 millones) proviene de impuestos sobre la producción menos las subvenciones.

Al analizar los sectores, encontramos datos reveladores:

  • Los salarios en la agricultura apenas representan el 0,5 % de la aportación al PIB.
  • Los salarios en la industria suman solo el 6,6 %.
  • En la construcción, la cifra es del 3,3 %.

En total, la remuneración del sector primario y secundario representa solo el 10,4 % del PIB, sumando 166.131 millones de euros.

Aquí surge la gran paradoja: la Administración Pública tiene una masa salarial de 212.499 millones de euros, lo que significa que, por sí sola, es más grande que toda la agricultura, la industria y la construcción juntas, superándolas en un 28 %. Este es el modelo que el Gobierno de Sánchez está construyendo para España: un país de burócratas.

¿Es esto lo que queremos para las futuras generaciones? Es difícil de justificar que, después de un cuarto de siglo de avances en digitalización, computación en la nube, acceso instantáneo a la información e inteligencia artificial, el costo de los salarios en la Administración Pública supere en un 28 % al del sector productivo del país.

comentarios
tracking