La gobernanza de los sistemas educativos: mecanismos de calidad y desarrollo de la autonomía escolar

He tenido la oportunidad de publicar recientemente el artículo titulado junto con Vicente Alcañiz, (Inspector la Comunidad de Madrid) y Luis Miguel Doncel (Profesor de la URJC) el artículo titulado «Los equipos directivos de los centros como parte de la gobernanza de los sistemas educativos: el Informe PISA y los análisis causales» (Avances en supervisión educativa: Revista de la Asociación de Inspectores de Educación de España). En ese artículo analizamos la distribución de responsabilidades dentro de los sistemas educativos, centrándonos en la autonomía concedida a los centros educativos, el grado de participación de los docentes en la gobernanza escolar y el papel de los líderes escolares (OCDE, 2023). La figura 1 muestra los principales elementos de la gobernanza de los sistemas educativos, de acuerdo con PISA (OCDE, 2023). Se estructura en tres áreas principales, que determinan el funcionamiento y la calidad del sistema educativo: la asignación de competencias educativas, la elección de centro y los mecanismos de garantía de la calidad.

La asignación de competencias educativas hace referencia a quién tiene las competencias y responsabilidad en diferentes ámbitos dentro del sistema, incluyendo la autonomía concedida a los centros educativos y el papel de liderazgo de los equipos directivos, quienes son clave para implementar políticas educativas y guiar a la comunidad educativa, comenzando por el profesorado. Esta distribución de competencias influye directamente en el rendimiento de los estudiantes y en la capacidad de adaptación del sistema a necesidades específicas. Por su parte, la elección de centro permite a familias y estudiantes seleccionar entre distintas opciones educativas, abarcando aspectos como la competencia entre centros para atraer estudiantes, la distinción entre centros públicos y privados, los criterios utilizados por los padres para elegir un centro, y las políticas de admisión y cambio de centro de los estudiantes. Esta posibilidad de elección afecta a la equidad y la calidad de la educación. Finalmente, los mecanismos de garantía de la calidad son fundamentales para asegurar que los centros educativos mantengan altos estándares de enseñanza y aprendizaje. Incluyen la frecuencia de las evaluaciones de los estudiantes, el uso de datos de rendimiento para mejorar la enseñanza, el seguimiento de las prácticas docentes, y las evaluaciones y acciones de mejora en los centros. La presencia de estos mecanismos permite supervisar y mejorar el desempeño de los centros educativos y, en última instancia, el rendimiento de los estudiantes.

En este artículo, nos centramos en la primera área, la asignación de competencias educativas, para analizar cómo la autonomía escolar y el liderazgo educativo contribuyen al funcionamiento de los sistemas y al éxito académico.

Una de las decisiones más importantes que deben tomar las autoridades educativas es cómo se distribuyen las responsabilidades entre los diferentes niveles de gobierno y entre las autoridades educativas, los líderes escolares y los educadores. Durante las últimas décadas, muchos sistemas educativos han otorgado más responsabilidades a las autoridades locales y a los centros, especialmente en áreas como la asignación de recursos, la planificación del currículo y la evaluación de los estudiantes.

La autonomía de los centros educativos beneficia a los estudiantes. A este respecto, los datos de PISA muestran que, a mayor autonomía otorgada a los centros en un sistema educativo, mayor es el rendimiento promedio en matemáticas. La relación entre autonomía de los centros y el rendimiento académico es más estrecha cuando existen mecanismos de garantía de la calidad (OCDE, 2023). La figura 2 extraída del Informe PISA 2022 de la OCDE muestra la correlación entre los índices de autonomía escolar y el rendimiento en matemáticas, distinguiendo entre aquellos sistemas educativos que están por encima del promedio de la OCDE (triángulos azules) y por debajo del promedio de la OCDE (círculos grises) en diversos indicadores de aseguramiento de la calidad. Cada punto en el gráfico representa el coeficiente de correlación entre la autonomía de los centros educativos y el rendimiento en matemáticas para un indicador específico de garantía de la calidad.

Los mecanismos de calidad que más garantizan que la autonomía escolar se asocie a un mejor rendimiento académico en matemáticas en PISA son:

1. Mentoría docente: se refiere a los programas de acompañamiento para los docentes. La mentoría es un mecanismo que permite a los docentes recibir orientación y apoyo, lo que podría mejorar su práctica educativa. En el gráfico, se observa que una mayor autonomía en centros con programas de mentoría se correlaciona positivamente con un mayor rendimiento en matemáticas, especialmente en sistemas educativos con resultados por encima del promedio de la OCDE.

2. Observación de clases por inspectores de educación u otras personas externas al centro: este indicador evalúa si las prácticas docentes son supervisadas externamente, lo cual asegura que se mantengan estándares de calidad en la enseñanza. Los datos indican que en sistemas educativos donde la autonomía va acompañada de supervisión externa, el rendimiento en matemáticas tiende a mejorar.

3. Registro sistemático de los resultados de pruebas y tasas de graduación de los estudiantes: se refiere a la recopilación y análisis de datos de rendimiento académico y tasas de graduación, que permite a los centros educativos y autoridades tomar decisiones informadas. La correlación positiva sugiere que los sistemas con autonomía y un registro sistemático de estos datos obtienen mejores resultados.

4. Evaluación interna/Autoevaluación: las evaluaciones internas y autoevaluaciones son prácticas en las que las propias instituciones educativas analizan su desempeño. Este mecanismo parece fortalecer el impacto positivo de la autonomía en los resultados de matemáticas, especialmente en sistemas por encima del promedio de la OCDE.

5. Seguimiento de los datos de rendimiento en matemáticas por una autoridad administrativa: se valora si una autoridad administrativa, como el ministerio de educación o la consejería de educación de la comunidad autónoma, supervisa el rendimiento en matemáticas a nivel de sistema. La correlación positiva indica que la supervisión administrativa, junto con la autonomía escolar, contribuye a un mayor rendimiento en matemáticas.

6. Pruebas estandarizadas obligatorias al menos una vez al año: la aplicación de pruebas estandarizadas permite medir el progreso y detectar áreas de mejora. Este indicador muestra que el rendimiento en matemáticas mejora en sistemas con autonomía que implementan estas pruebas regularmente, porque ayuda a mantener un estándar de calidad uniforme.

Conclusión

La evidencia recogida en el Informe PISA 2022 y en los análisis causales recientes subraya que la autonomía escolar, por sí sola, no garantiza mejores resultados educativos. Es su combinación con sólidos mecanismos de garantía de calidad lo que permite traducir esa autonomía en mejoras tangibles en el rendimiento académico. En particular, el liderazgo de los equipos directivos y la supervisión externa de las prácticas docentes emergen como elementos clave. Fortalecer estas palancas puede ser decisivo para avanzar hacia sistemas educativos más eficaces, equitativos y adaptados a las necesidades de sus estudiantes.

• Ismael Sanz, URJC, FUNCAS y London School of Economics