El granadino que se ha convertido en el mayor coleccionista del séptimo arte de España

Desde que somos pequeños y vemos las primeras series, películas o documentales, nos damos cuenta de que el cine es una auténtica fábrica de sueños, que nos permite salir un rato de nuestra vida real, que a veces puede ser bastante aburrida, para adentrarnos en universos inimaginables.

Una de las personas a las que el séptimo arte le ha dejado una gran huella a lo largo de su vida es Christian Félix Martínez. Este joven granadino, que trabaja como divulgador en el Parque de las Ciencias, nos ha contado a El Debate cómo una mera afición personal ha hecho que se convierta en el mayor coleccionista de cine en formato físico de España.

— ¿Cuándo comenzó su afición por el cine y tu pasión por ir coleccionando películas?

—Es algo que he ido adquiriendo gracias a mi padre, que le encanta el cine también. Desde muy pequeño disfrutaba cuando me llevaba a las salas de cine, a ver algún estreno, o cuando íbamos a los antiguos y ya desaparecidos videoclubs donde, además de alquilar, podías comprar ediciones que iban vendiendo para dar espacio a nuevos títulos. También tengo que dar las gracias a los quioscos, donde me compré mis primeras colecciones de las películas de Dragon Ball.

— Actualmente, ¿cuántas películas tienes en total?

— Tengo algo más de 30.000 ediciones de películas, tanto en formato VHS, como en DVD, en Blu-ray y en 4K. Eso sí, últimamente todo lo que compro es en este último formato, porque las cintas en 4K cuentan con la máxima calidad de imagen y de sonido. Además, disfruto mucho compartiendo mis nuevas compras y enseñando mi colección a mis seguidores, a través de mi cuenta de Instagram TheCineCollector, en la que ya somos más de 8.000 personas.

— De esas 30.000 cintas, ¿hay alguna a la que le tenga un especial cariño?

— Pues es que tengo tantas, que quizás me decantaría por una edición de El Señor de los Anillos en DVD, que venía con unas estatuillas y que, por el poco poder adquisitivo que tenía en ese momento, me costaron bastante caras. Otras películas a las que le tengo mucho cariño también son: una cinta con la carátula en forma de cabeza del endoesqueleto de Terminator a tamaño real; una colección de Harry Potter, con más de 30 discos con forma de tren; el bombín de Charles Chaplin; una edición del director chino Wong Kar Wai, con toda su increíble cinematografía; o una edición de El gran Leboswki, con la bolsa de bolos y el bolo dentro.

— ¿Se imaginó que algún día llegaría a convertirse en el mayor coleccionista de películas en formato físico de España?

— No, jamás me esperaba esto y, la verdad, que es todo un orgullo el poder resaltar dentro de un mercado que sigue tan latente hoy en día. Aún me cuesta creer que esta afición, que no me reporta más que satisfacción y aprendizaje, me haya llevado a convertirme en la persona con más películas en formato físico de España. Esto es algo muy emocionante y emotivo para mí. Aunque, lo que más me gusta de todo esto, es poder transmitirles a mis hijos ese «amor por el cine», mientras vemos las películas o series que más nos divierten.

—¿Tiene algún lugar en su casa donde exponer este gran «museo»?

—Dispongo de una habitación dedicada íntegramente a esta afición, aunque sí es cierto que no puedo tenerlo todo y de la forma que quiero, puesto que para este gran volumen de películas hace falta mucho más espacio. Por eso, hace un tiempo decidí tener en mi casa el grueso de las ediciones con más calidad y, el resto, guardarlas en casa de mis padres, aunque espero poder algún día exponerlas en un espacio adecuado.

— En el siglo de la inmediatez, ¿cómo ve el futuro de los cines, ante la emergencia de los nuevos formatos?

— Para mí, el cine y sus salas siguen manteniendo la magia de siempre. Esa sensación de comprarte tus palomitas, elegir tu asiento, ir con tus hijos o con tu pareja y disfrutar de una película de estreno o reestreno en muchos casos, en una pantalla enorme, es muy especial, muy sensitivo y una experiencia gratamente increíble y en mi caso, la culpable de este amor al séptimo arte.