Sociedad-Política
Las 'rutas de borrachera' en Barcelona: ¿una prohibición ineficaz?
Los vecinos han reportado una y otra vez problemas relacionados con el ruido, el vandalismo y la inseguridad que generan estos recorridos nocturnos
Desde hace más de una década, el Ayuntamiento de Barcelona ha estado en una lucha constante contra las llamadas «rutas de borrachera», o pub crawls, que han plagado las calles de Ciutat Vella. Estas rutas, populares entre turistas jóvenes, ofrecen recorridos por los bares y discotecas del centro histórico, convirtiendo las noches en un desfile de descontrol y excesos.
Desde 2012, estas actividades están oficialmente prohibidas en el distrito, y recientemente, la administración local, liderada por Albert Batlle, ha decidido prorrogar esta prohibición hasta 2028. Pero, ¿realmente está siendo efectiva esta medida?
El problema: ruido, vandalismo y molestias
Ciutat Vella, con barrios tan emblemáticos como el Gòtic y el Raval, es una de las zonas más turísticas de Barcelona. Este distrito, cargado de historia y cultura, ha sido transformado por la afluencia de turistas en busca de la vida nocturna, lo que ha generado tensiones con los residentes. Las pub crawls son uno de los mayores contribuyentes a estos problemas.
Los vecinos han reportado una y otra vez problemas relacionados con el ruido, el vandalismo y la inseguridad que generan estos recorridos nocturnos. Grupos de turistas en estado de embriaguez llenan las calles hasta altas horas de la madrugada, causando molestias a quienes viven allí y dejando un rastro de suciedad y daños en el mobiliario urbano. «Es imposible descansar con la cantidad de gente gritando y cantando por las calles», comenta un residente del Gòtic, quien prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias.
Una prohibición de dudosa eficacia
A pesar de la prohibición que ha estado en vigor desde 2012, la realidad muestra que las pub crawls siguen existiendo en Barcelona. Una simple búsqueda en internet con términos como «pub crawl Barcelona» arroja decenas de resultados de empresas que continúan ofreciendo estos servicios. Esto plantea una pregunta incómoda: ¿Está realmente funcionando la prohibición?
Las asociaciones de vecinos, , han expresado su frustración por lo que perciben como una falta de acción efectiva por parte de las autoridades. Aunque el Ayuntamiento ha prorrogado la prohibición hasta 2028, los problemas asociados a las pub crawls persisten. La falta de control y las sanciones insuficientes permiten que estas actividades sigan floreciendo"
Las «rutas de borrachera» en Barcelona representan un desafío persistente para el Ayuntamiento y los residentes de Ciutat Vella. Aunque la prohibición está en vigor desde hace más de una década, la realidad en las calles sugiere que todavía queda mucho por hacer para erradicar este fenómeno. La prórroga de la prohibición hasta 2028 es un paso en la dirección correcta, pero su efectividad dependerá en gran medida de la capacidad del Ayuntamiento para implementar y hacer cumplir las leyes con mayor rigor.
Para los vecinos, la esperanza es que este sea el comienzo de un esfuerzo más concertado para devolver la paz y el orden a sus barrios, mientras que para las autoridades, el reto sigue siendo encontrar el equilibrio entre el dinamismo turístico de la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes.