Autogramm, en la sala Hangar de Córdoba

Autogramm, en la sala Hangar de CórdobaAGL

Autogramm: aire fresco en la ciudad

Han iniciado en Córdoba su gira por España

Como un vendaval de primavera, el concierto de anoche de los canadienses Autogramm en la Sala Hangar cumplió con las expectativas como quien gana un primer premio de competición de natación. Y nos dejó la sensación de quien hubiera deseado que la calle por donde bracea el nadador en una piscina hubiera llegado hasta el fin de la noche. Con ganas de más.

La noche era tibia, primaveral e ideal para saborear una cerveza en las mesas de merendero de la terraza del Hangar y saludar de lejos a las amigas. El Melenas esta vez no falló.

Mi nombre estaba en lista de entrada: pase de prensa en el bolsillo, entré en la Sala cerca ya de las nueve y media, cuando el rumor de la mesa de sonido subía de decibelios. Salieron los canadienses al escenario despacio, como quien bromea con el fuego. Clap-clap-clap. Primeras fotos con mi cámara japonesa.

Autogramm en la Sala Hangar de Córdoba

Autogramm en la Sala Hangar de CórdobaAGL

Media entrada en el Hangar, buen ambiente y parsimonia garajera entre el público algo frío al comienzo del bolo. Zapatillas de marcas italianas, camisetas de Los Bengala y de The Peawees condimentaban la pequeña atmósfera de la sala un miércoles cualquiera de finales de marzo. Mismamente como el de anoche.

¿No te suenan a Los Nikis?

Y empezaron los cuatro tipos flacos y tatuados con tablas en esto de la música underground, a despachar más de una docena de canciones -y menos de veinte- tal como si nos teletransportaran al mítico club GBGB de Nueva York donde tocaron Los Ramones o The Stooges.

Desgranaron un power pop salvaje nuestros amigos de Vancouver en un concierto en que presentaban su tercer álbum de estudio, titulado «Music That Humans Can Play» en su primera gira por España. Y allá que fueron engarzando canciones como balas envueltas en haikus, arrolladoras y leves como un soplo de aire fresco. Hasta hubo quien dijo que uno de los temas perpetrados le sonaba a La Naranja Mecánica de Los Nikis.

Con un setlist desbocado y furioso, estos cuatro tipos con caras de poco que perder, se dejaron el frío en casa y nos ofrecieron un repertorio de inyecciones intravenosas pop. Al terminar, todos teníamos ganas de más. De mucho más.

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