Fundado en 1910
Bodegas Ricla

Bodegas Ricla

Vete de mi parte

Bodegas Ricla, el sabor del viejo Madrid

Uno de esos establecimientos que se sale de la vulgaridad y mantienen vivo el espíritu de lo auténtico

Viajar por el Madrid de Cuchilleros es adentrarse en bullicio de turistas y jolgorio de terrazas. Es el sabor de un viejo Madrid que no quiere morir. Proliferan por aquí y por allá restaurantes, bares, mesones de todo tipo, cafeterías, todos ellos, en su mayoría, con pocas pretensiones gastronómicas y un nivel de calidad más bien pobre, salvo excepciones. Tengo que darle las gracias a mis amigos Quique Bustos y Sito Tejeiro por haberme descubierto una de estas hermosas excepciones.

Pepe Domingo Castaño

Pepe Domingo Castaño

Bodegas Ricla es uno de esos establecimientos que se salen de la vulgaridad y mantienen vivo el espíritu de lo auténtico. Nació como bodega en 1867 y lleva el nombre de Ricla por el pueblo de Aragón en el que nacieron sus fundadores. Hasta aquí la historia de lo que un día fue Bodegas Ricla y hoy podríamos llamar, sin temor a equivocarnos, Taberna Ricla, porque eso es lo que es, una de las más puras y tradicionales tabernas de Madrid.

Te recibe una barra de estaño de las de antes, unas tinajas de tiempos de Maricastaña y una exhibición pintoresca de botellas de vino de todos los orígenes. La taberna es pequeña y está siempre a tope de gente. Es lo mejorcito de su zona y se encargan de ella la familia Lage, su alma mater Ana María en los fogones y sus hijos Emilio y José María, atentos y sonrientes siempre, atendiendo una barra increíble.

Para empezar, un buen vermut de grifo marca de la casa o una caña muy bien tirada al estilo del más puro Madrid cervecero. Después, puedes pedir una ración de callos y te enterarás por qué se dice que están entre los tres mejores de Madrid. Las albóndigas de la casa son de las de verdad, con una salsa sabrosísima y perfectas de punto y de sabor. Hacía tiempo que no probaba unas albóndigas de esa categoría.

Los canapés de bacalao en aceite son una de sus especialidades y saben a gloria bendita. Que tengan cecina de León no es nada extraño, pero hay que decir que la que tienen es de las que vale la pena probar una vez en la vida. Y los boquerones en vinagre, espléndidos, y las conservas, elegidas con mimo y con cariño entre las marcas de mayor calidad. Todo es apetecible en esta pequeña taberna madrileña, donde hasta los vasos en los que sirven el vino tienen estilo y originalidad.

Pásate por Cuchilleros en cuanto puedas. Y entra en Bodegas Ricla, para probar el sabor de una auténtica taberna madrileña. Y, ya sabes, vete de mi parte.

Bodegas Ricla

C/Cuchilleros, 6
28005 – Madrid
Tfno. 913 652 069
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