Lo que vio (pero no debió ver) la exbecaria de Nacho Cano de su vida personal y, dice, produjo su despido

El Debate ha accedido al sumario del caso Nacho Cano. Había una gran mancha oscura en torno al cantante y empresario. Su denunciante Leslie Guadalupe Orellana había asegurado en televisión que la despidieron del musical Malinche porque vio algo personal de Nacho Cano que jamás debió ver: «Es un tema delicado del que no me gustaría hablar públicamente, pero vi algo personal de Nacho que no debí ver. Fue en un lugar público, en una discoteca. Lo que vi no lo hablé con nadie, porque no me interesaba y es algo del ámbito personal y privado de este señor. Tal vez lo que vi era un secreto a voces y yo, como era una nueva integrante, había cosas de las que todavía no nos podíamos enterar».

¿Qué podía estar haciendo Nacho Cano en una discoteca que fuera tan grave y que Leslie no podía ver? Las especulaciones habían sido de todo tipo y ninguna positiva. Sin embargo, el sumario revela que fue un simple beso con una compañera de trabajo. Un beso consentido y voluntario en el que participaron el cantante y una mujer de su compañía, que no era ninguna de las becarias.

Lo revela la propia Leslie en una carta que manda a Fiscalía de Madrid y en la que pide ayuda. La carta dice así: «Hola, soy Leslie Ochoa, mexicana. Les escribo para solicitar ayuda en calidad de urgente. Estoy viviendo en Madrid desde hace casi 7 meses. Me ha traído a España la producción de La Malinche de Nacho Cano junto con otros 18 mexicanos becados».

Es a partir de este punto en el que ella comienza a denunciar cosas: «Entramos en España como turistas, pero en realidad vinimos a quedarnos un año y ese no es el problema. Así como todos mis compañeros, tuve que dejar toda estabilidad que tenía en mi país creyendo que sería la oportunidad de mi vida y sucede que a los 15 días de estar aquí me sacaron del proyecto de manera injusta, dejándome literalmente en la calle, por haber visto al productor besándose con una compañera (dice el cargo y el nombre) en Kapital, una discoteca donde ellos me llevaron después de una cena que organizaron en IFEMA. Esto sucedió el 18 de diciembre de 2023».

Y sigue: «No había recurrido a nadie por miedo, porque ellos me amenazaron y me aseguraron que nadie creería en mí. Pero yo tengo pruebas de lo mal que me trataron y los pocos argumentos que me dieron cuando me echaron del proyecto. Ahora necesito alzar la voz porque ya no puedo más. Ha sido un proceso difícil, no imposible, porque me he mantenido positiva y he logrado resolver conforme se han producido las cosas, pero de verdad que ya no puedo más: no tengo dinero y tampoco puedo trabajar ya que no tengo los papeles en regla. Estoy desesperada porque tampoco sé cómo regresar a mi país y de cierto que me gusta más vivir en España que en México por el tema de la seguridad, pero ya no sé cómo voy a sobrevivir en este país. He pensado en suicidarme, pero no he tenido el valor de hacerlo. Por favor, ayúdenme».