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José Luis Martínez Almeida

José Luis Martínez Almeida, junto a Teresa Urquijo en su escapada a los Pirineos

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El pueblo que recomienda Almeida para desconectar: «Es extraordinario»

El alcalde y su mujer Teresa Urquijo intentan realizar escapadas siempre que sus compromisos profesionales se lo permiten

«Todo va bien y estamos muy contentos». Con estas palabras, José Luis Martínez Almeida revelaba cómo se encuentra a pocos meses de convertirse en padre primerizo. Fue en la premiere de la quinta temporada de The Chosen, la última cena, serie que relata la vida de Jesús de Nazaret y que escogió la ciudad de Madrid para presentar su nueva tanda de capítulos. «No, todos preparado no lo tenemos, la verdad. Todavía queda algo de tiempo», confesaba el político.

La pareja anunció la buena nueva a principios de 2025 y será el próximo verano cuando recibirán a su primer hijo, un varón que aún no tiene nombre, pero que no heredará el de su padre, José Luis. «A la madre, Teresa, no le gusta nada», comentaba entre risas en la presentación del cartel de la Feria de San Isidro. «Me encantará ser padre. Me hubiera gustado serlo con más tiempo, yo sé que por cuestión biológica me voy a perder muchas cosas de mis hijos», apuntaba entonces a su vez.

Con todo, el alcalde de Madrid parece dispuesto a disfrutar sus últimos meses como matrimonio sin hijos junto a su mujer, Teresa Urquijo. Como sale de cuentas el próximo verano, la pareja aún tiene tiempo para prepararse para su llegada y disfrutar de algún que otro viaje. Algo que, a día de hoy, se conoce como babymoon. Derivado del término anglosajón 'honeymoon' (luna de miel), describe un viaje que una pareja realiza antes de la llegada de su bebé, ofreciéndoles una última escapada juntos antes de embarcarse en la aventura de la paternidad.

Aunque, eso sí, Almeida ha desvelado que no lo hará en Semana Santa, ya que pasará esos días en Madrid. «Cada vez tiene más fuerza, solo hay que verlo en los últimos años, las procesiones que hay, todas las hermandades y cofradías, el trabajo que están haciendo. Las paso enteras aquí salvo el miércoles, que es tradición desde hace 75 años que el alcalde de Madrid procesione con la Virgen de la Paloma de Málaga», apostilló.

Sin embargo, una vez acabe esta, aún tiene unas semanas para desaparecer de la vida pública por completo. En caso de querer hacerlo, el alcalde podría recurrir a su lugar favorito para desconectar: el Pirineo aragonés. Un paraíso al norte de España al que ya llevó a su mujer el pasado mes de noviembre. La pareja pasó un idílico fin de semana junto a un grupo de amigos y no dudaron en realizar una ruta senderista al ibón de Estanés, un lago de origen glaciar al que es fácil llegar desde la estación de esquí de Candanchú. Desde ahí son poco más de 5 kilómetros y medio de caminata, hora y media a paso suave evitando las pendientes.

Lago de Estanés

Lago de Estanés

Almeida no siguió esta ruta, ya que se alojó en la estación de Canfranc, un icono pirenaico inaugurado en 1928 que se convirtió en el tercer paso transfronterizo de España, junto a Hendaya y Porbou. Su construcción y diseño corrió a cargo del ingeniero alicantino Fernando Ramírez de Dampierre, amigo íntimo de Alfonso XIII que se había formado en París e, influido por los toques modernistas que encontró en esta, construyó lo que hoy conocemos como una de los hoteles más bonitos del país.

La pareja también se desplazó hasta Ansó. «Me pareció una maravilla», confesó Almeida. Esta pequeña villa de origen medieval es un auténtico referente de la provincia de Huesca. Enclavado en el valle del mismo nombre, a orillas del río Veral, está declarado Conjunto Histórico-Artístico y forma parte de la asociación Los pueblos más bonitos de España gracias a su arquitectura tradicional, que ha sabido preservar su esencia a lo largo de los años. La teja, la madera o la forja crean un hermoso conjunto urbano cuyos orígenes se remontan al siglo XII.

Plaza de Ansó

La plaza de Ansó con la arquitectura típica de la zona

Entre los hitos más reseñables se encuentra la torre medieval, la ermita de la Virgen de Puyeta, la iglesia de San Pedro o el Museo Etnológico y de Arte Sacro. Aunque, para Almeida, ningún punto de interés se puede comparar con la panadería Mendiara, famosa en la zona por sus deliciosas rosquillas. «Cualquiera que vaya a los Pirineos tiene que pasar por esa panadería de Ansó, es un sitio extraordinario. No hay mejor forma de desconectar que irse a los Pirineos… y a los Pirineos de Huesca», explicaba Almeida en la pasada edición de los Premios Forqué.

La dueña del establecimiento, por su parte, se mostró encantada con que el alcalde le haya dado tanta visibilidad. «Nos contó que todos los inviernos sube un fin de semana al Pirineo», explicó en El Heraldo de Aragón. «Le encantó Ansó; de hecho, alabó la iglesia de San Pedro y sus preciosos retablos. Aquí en casa compraron pan de hogaza, repostería, membrillo, queso… varias cosas. Nos confesó que venían de propio por la hogaza y que era su primera visita a Ansó».

Belén Mendiara

Belén Mendiara, junto al alcalde de Madrid

Además, comentó que tanto él como Urquijo fueron muy amables en todo momento y se mostraron agradecidos cuando les regalaron un pastillo de calabaza o «empanadico», un postre propio de la zona que además de la mencionada baya también lleva almendra troceada y uvas pasas. «Le expliqué que se hacía en este tiempo, que era algo muy de Navidad en toda la provincia de Huesca. Tras él vino mucha gente que andaba por el pueblo, parece que se habían ido enterando de su presencia. Le saludaron y le animaron a seguir con su buen trabajo. Ah, y estuvo hablando con mi madre, que estudió en Madrid», concluyó la propietaria de la conocida panadería.

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