Las tres vidas del general Queipo de Llano
Sin su valor, decisión y capacidad de improvisación la ciudad habría caído en mano de las milicias del Frente Popular y puede que esto hubiese cambiado de manera total la historia de España
Por la ley de la Memoria Democrática el general Gonzalo Queipo de Llano ha sido desenterrado y su vida borrada de la historia de España. ¿Pero cuál de sus tres vidas debe desaparecer? Sin lugar a dudas Queipo fue el indiscutible artífice de la victoria del golpe de estado en Sevilla en el verano del 36. Sin su valor, decisión y capacidad de improvisación la ciudad habría caído en mano de las milicias del Frente Popular y puede que esto hubiese cambiado de manera total la historia de España: el Ejército de África no habría desembarcado en la Península, no se habría producido la Marcha sobre Madrid y Franco no habría sido elegido Generalísimo de los rebeldes, etc. ¡Pero esto es historia ficción!
Sin embargo, existen otros Queipo de Llano que merecen ser recodados y que acumulan méritos suficientes para haberle dejado enterrado donde estaba enterrado.
En la guerra de Cuba logró dos ascensos por méritos de guerra (a primer teniente y a capitán) acreditando un valor que le acompañaría a lo largo de toda su vida. Luchó contra los caudillos mambises Antonio Macías y Máximo Gómez. Ganó una cruz de María Cristina, la mayor condecoración al valor de aquel tiempo solo superada por la Laureada.
En noviembre de 1909 fue enviado a combatir a Melilla como consecuencia del desastre del Barranco del Lobo. Poco antes, en 1908, obtuvo una Cruz de Beneficencia al salvar la vida de un soldado que se había caído del caballo al vadear el río Henares siendo arrastrado por la corriente. En 1912 fue destinado a Alcazarquivir y luego a Larache donde, luchando contra El Raisuni, ganó otra cruz de María Cristina. En abril de 1914 ascendía a teniente coronel por méritos de guerra. En 1924 volvió a los campos de batalla de Marruecos y, al frente de su propia columna de operaciones, pacificó por las armas a las harcas rebeldes de la zona de Gomara, para luego ser responsable de la zona de Ceuta, combatiendo en la zona de Tetuán. Esta primera etapa bélica de su vida parece suficiente para que Queipo tenga cierto reconocimiento en la historia de España.
Pero si nos atenemos a los méritos que están detrás de la ley de Memoria Histórica y la actual Democrática Queipo merecería al menos una estatua en alguna calle española por su oposición, dado su republicanismo radical, a la monarquía de Alfonso XII y a la dictadura de Primo de Rivera. Hombre de carácter rebelde e inconformista, a pesar de su educación militar, su vida estuvo repleta de incidentes que le enfrentaron a los gobiernos de turno y por lo que pago muchas veces un alto precio.
Por motivos de los ascensos discrecionales concedidos en la campaña de Melilla de 1909 por el general Luque escribió varios artículos en prensa bajo el seudónimo de Santiago Vallisoletano (Santiago patrón de la Caballería española, Valladolid sede de la Academia de Caballería), llegando a organizar una manifestación tumultuaria contra sus jefes. El incidente le costó dos meses de arresto.
Con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera conspiró desde un principio contra ella, lo que le supuso un mes de arresto en la prisión militar de Ferrol. Unos meses después de salir de prisión se unió al Comité Militar Revolucionario que estaba organizando el laureado coronel de Caballería Segundo García, que le hizo ser destinado a Córdoba.
En julio de 1926, por conspirar con el general López Ochoa, que había constituido la Asociación Militar Republicana, quedó en situación de disponible forzoso en Madrid. En mayo de 1928, al depurarse las responsabilidades del frustrado golpe de estado encabezado por el general Aguilera, el general Martínez Anido, entonces vicepresidente del Gobierno, previo informe de la Junta Clasificadora para el Ascenso de los Generales, decretó el pase de Queipo a la primera reserva, lo que suponía en la práctica su retiro del Ejército.
Ley de Memoria Democrática
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Lejos de amilanarse, aumentó sus actividades sediciosas. En enero de 1929, participó la intentona golpista encabezada por el expresidente Sánchez Guerra, con el apoyo de Lerroux y del general López Ochoa, quedando encargado de declarar el estado de guerra en Murcia y en Albacete. En agosto de 1930 fue uno de los firmantes del Pacto de San Sebastián, promovido por Alianza Republicana, formando parte del comité revolucionario encargado de derrocar la monarquía. Formó parte de la junta encargada de alzarse en armas, junto a otros militares, para proclamar la República el 15 de diciembre. Los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, anticipándose 3 días a la fecha marcada, se sublevaron en Jaca, lo que les costó la vida. El día 15, en Madrid, Queipo y el comandante Ramón Franco se atuvieron a lo acordado y se levantaron en armas tomando el aeródromo de Cuatro Vientos. Queipo leyó por radio un manifiesto declarando que se había proclamado la república en toda España y Ramón Franco, con un avión, se preparó para bombardear el Palacio Real e inundar la capital de octavillas. Pero los sindicatos no declararon la huelga general revolucionaria, lo que obligó a Queipo, junto a Hidalgo de Cisneros y otros aviadores huir a Portugal y luego a Francia. Por este intento fueron encarcelados Niceto Alcalá-Zamora, Casares Quiroga y Miguel Maura.
Su odio al dictador Primo de Rivera le empujó a llegar a las manos con su hijo, José Antonio, fundador de Falange Española.
El 14 de abril, nada más proclamarse de la República, regresó a España. Azaña decretó su vuelta al servicio activo, su ascenso a general de división y su nombramiento como jefe de la 1.ª División Orgánica de Madrid. Luego Azaña le confió la Inspección General del Ejército, y en diciembre, al ser elegido Niceto Alcalá-Zamora presidente de la República, le nombró jefe de su Cuarto Militar. En marzo de 1933 pasó nuevamente a la situación de disponible forzoso. Pero en septiembre con la victoria de Lerroux y la CEDA fue nombrado inspector general de Carabineros.
Pero esto es otra historia, su tercera vida, pues con la llegada al poder del Frente Popular, en febrero del 36, se unió a la conspiración que lideraba el general Sanjurjo que llevó a la Guerra Civil. ¿Su tercera vida, por hacer un suponer, anulan los de sus otras dos vidas?