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Jacinto Benavente y Martínez (1866 – 1954)

Jacinto Benavente y Martínez (1866 – 1954)Library of Congress

Hace 100 años en El Debate

23 de marzo de 1923: Benavente afirma que «España pudo cometer errores, pero nunca envileció a sus colonias»

España comenzaba un nuevo ciclo de relaciones con México. En 1923, hace 100 años, Jacinto Benavente era recibido en México como «embajador intelectual» del país

En 1923, el dramaturgo español y Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente era recibido en México. El presidente de la Academia Mexicana de la Lengua comentaba que la obra de Benavente «era la más importante de todas las europeas». Por aquel entonces, las relaciones entre México y España se encontraban en un punto tenso. Después de la muerte del presidente mexicano, Venustiano Carranza, el gobierno español se negaba a reconocer al nuevo presidente, Álvaro Obregón, hasta 1921, cuando se realiza el centenario de la consumación de independencia.

Para mejorar la relación entre ambos países, España decide enviar a Diego Saavedra como representante. De esta manera comenzaba un nuevo ciclo de relaciones entre México y España. En 1923, hace 100 años, Jacinto Benavente era recibido en México como «embajador intelectual de España». El Debate informaba de lo ocurrido durante la estancia del dramaturgo español en México, recogiendo parte del discurso que pronunció.

«Hoy no cambiaría por nada el orgullo de ser español», afirmaba Benavente y añadía: «Porque al serlo, soy vuestro también, soy de toda esta América española, en la que no puede uno sentirse extraño ni extranjero». El Premio Nobel de Literatura pronunciaba estas palabras durante el banquete celebrado «con motivo del arribo de nuestro país del literato más grande de las letras castellanas contemporáneas», recogía la prensa local.

El dramaturgo prosiguió su discurso trasladando su deseo de ver siempre a las dos naciones «unidas, amándose y comprendiéndose». Y apuntaba sabiamente: «La Historia es inexorable, hay que aceptarla si no queremos colmar vacíos con ideologías». Más adelante recordó la historia que unía a México con España y apuntaba: «En su obra pudo España cometer errores, torpezas, pero España no envileció nunca a sus colonias. La prueba es que de ella salieron pueblos grandes y libres». Jacinto Benavente culminaba su discurso brindando «por cuanto pueda unir» a los dos países «en un alto ideal de perfección».

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