Covadonga y Don Pelayo: La Batalla que encendió la llama de la Reconquista
Detrás de la polémica sobre el término de Reconquista está una de las batallas más populares en la «memoria histórica» española, que marcó el inicio de la resistencia de los reinos cristianos peninsulares
En los libros de historia del colegio y hasta en canciones de Melendi, la batalla de Covadonga y la figura de Don Pelayo son tan conocidas como desconocidas por la mayoría de los españoles. Dejando de lado la epopeya, su historia supuso un nuevo renacer para los reinos cristianos de la península. El contexto de este relato empezó una década atrás, en el año 711, cuando las tropas musulmanas, lideradas por Tariq ibn Ziyad, cruzaron el estrecho de Gibraltar e iniciaron una rápida conquista del reino visigodo de Hispania. En menos de una década, gran parte de la península ibérica cayó bajo el control musulmán.
Sin embargo, en las montañas del norte, en la región de Asturias, surgió una resistencia que se convertiría en el núcleo de la futura Reconquista. El rey Don Pelayo es la figura central de este relato. Fue descrito por los cronistas medievales como un líder valiente y pío, y aunque su perfil esté envuelto en la leyenda, algunos relatos sugieren que era un descendiente de los reyes visigodos, mientras que otros lo presentan como un caudillo local.
Durante años, los sarracenos habían realizado incursiones de castigo, conocidas como razias, para mermar la moral de los pocos cristianos que se habían asentado en el norte tras la conquista. La región estaba controlada por Munuza, un gobernador musulmán que en mayo del 722 decidió enviar una hueste de 20.000 sarracenos liderados por Al Qama, para acabar con varios focos de resistencia.
La batalla de Covadonga se libró en un terreno montañoso y accidentado, que favoreció a los astures porque conocían bien los montes y caminos. Los musulmanes se internaron por unos valles muy estrechos sin saber que encima de sus cabezas, en las colinas que lo flanqueaban, Pelayo y sus hombres preparaban una emboscada a las tropas de Al Qama. Según las crónicas, los astures, armados con flechas y piedras, atacaron desde las alturas, causando un gran desconcierto entre las filas enemigas. Según añaden otras, la Virgen intercedió por los cristianos cuando un desprendimiento de rocas provocó numerosas bajas entre los sarracenos, es el milagro de la Virgen de Covadonga. La emboscada, la ayuda divina y la muerte de su lídere Al Qama, provocó que los musulmanes se retirasen.
De la historia a la leyenda
Esta victoria muy pequeña, se cargó de valor simbólico. Pelayo se encargó de difundir lo sucedido y otros se sumaron a la rebelión contra los musulmanes. Aunque la victoria en Covadonga no solo aseguró la supervivencia del pequeño reino de Asturias, sino que también inspiró a otras regiones cristianas a resistir. Don Pelayo consolidó su poder y estableció el primer reino cristiano independiente en la península ibérica desde la invasión musulmana. Este evento, se ha marcado en la historiografía tradicional como el inicio de la Reconquista, «sin Covadonga no habría Reconquista. Fue la chispa que encendió la llama de la resistencia cristiana en Hispania», según escribió el historiador Claudio Sánchez-Albornoz. Aunque otros historiadores contemplan que la resistencia cristiana empezó a modo de quinta columna en los territorios del sur de España controlados por los musulmanes. En todo caso, fue un proceso complejo y lento que debe seguir estudiándose para entenderlo, y que terminó en 1492 con la toma de Granada por los Reyes Católicos.