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08 de septiembre de 2024

Embarque mineral de hierro por la grúa del Cargadero del mineral, Puerto de Melilla

Embarque mineral de hierro por la grúa del Cargadero del mineral, Puerto de Melilla

¿Quién fue El Rogui? El falso sultán de Zeluán y la explotación de las minas del Rif

Su nombre fue conociéndose en la confederación de cabilas de Guelaya, próximas a Melilla. Consciente del éxito concibió la idea de hacerse pasar por el príncipe Muley Mohamed, hijo mayor del difunto sultán Muley Hasán, llegando incluso a ser proclamado sultán por sus seguidores en Taza

En los últimos lustros del siglo XIX las potencias europeas ganaban poder en Marruecos en detrimento del sultán. Un proceso de debilitamiento y descomposición del Imperio que derivó en un estado de progresiva dependencia política y financiera del extranjero. Abd el-Aziz y Mulay Hafid, fueron los primeros sultanes «protegidos» mediante un protectorado de hecho que se prolongó hasta 1912, cuando el tratado franco-español de 27 de noviembre confirmó una situación de protectorado de derecho.

Al iniciarse el siglo XX, el país estaba hundido económicamente. La falta de recursos y el lacerante aumento de precios sumía al campesinado, en el que se hallaba instalado mayoritariamente la población, en una paupérrima situación, al límite de la supervivencia. En esa coyuntura, los cabileños atribuyeron a la injerencia extranjera como la principal causa de sus males.

Una consecuencia de la crisis económica y de la debilidad del sultán y su gobierno fue la situación de anarquía que se extendió por el Imperio. En el sector occidental de la zona de influencia española proliferaron los asaltos y secuestros de importantes personajes extranjeros que se asentaban en la internacional ciudad de Tánger. Con el fin de negociar el precio de su rescate fueron, entre otros, víctimas del pillaje y la extorsión el periodista inglés, corresponsal del diario The Times, Walter Harris, y el comerciante greco estadounidense Ion Perdicaris.

El principal responsable de estas acciones fue el jerife Muley Ahmed El Raisuni, influyente autoridad religiosa en la región de Yebala, a cuya población sometía con pesados tributos. Dado su prestigio, durante años, los Gobiernos de España, a través de la Alta Comisaría, principal institución de España en el Protectorado, mantuvieron con el jerife una relación dual. Por un lado, se intentó acabar con él, lo que significó duras y sangrientas campañas; en otros momentos, se pensó que quizá lo mejor era contar con él, ofreciéndole prebendas a cambio de lealtad. De ese modo, los periodos de guerra y paz se fueron sucediendo hasta el final de sus días. Falleció en marzo de 1925 con 52 años, en territorio de Beni Urriaguel, donde había sido recluido tras ser derrotado y apresado por Abd el-Krim.

Guerreros con Abd el-Krim, en el Rif oriental 1922

Guerreros con Abd el-Krim, en el Rif oriental 1922Real Academia de la Historia

Mientras El Raisuni actuaba en la zona occidental del norte de Marruecos, en la parte oriental apareció la figura de Yilali ben Mohamed el Yusfi el Zerhuni, más conocido por Bu-hmara Errogui o simplemente El Rogui, el Pretendiente o Bu Hamara «el de la burra», por aparecer montado encima de un asno cuando acudía a los zocos. Personaje culto e inteligente había estudiado en la universidad de El Qarawiyin de Fez, donde aprendió derecho islámico, gramática, filosofía, matemáticas y geometría. Astuto y con aspiraciones de poder, aprovechó el descontento de una población enfurecida por la imposición del nuevo sistema tributario que aprobó el Gobierno del sultán Abd el-Aziz en 1901. Excelente orador, recorrió durante meses a lomos de su burra los zocos donde animaba a los cabileños a rechazar la reforma fiscal.

De ese modo, su nombre fue conociéndose en la confederación de cabilas de Guelaya, próximas a Melilla. Consciente del éxito concibió la idea de hacerse pasar por el príncipe Muley Mohamed, hijo mayor del difunto sultán Muley Hasán, llegando incluso a ser proclamado sultán por sus seguidores en Taza.

El Rogui

El Rogui

En Zeluán, donde instaló su residencia, vivió una situación privilegiada, sin legitimidad, pero gobernando de facto la zona oriental del Rif. Sin embargo, aquella vida a cuerpo de rey requería mantener de forma permanente un contingente de guerreros. Para costear su principesca vida ofreció a inversores extranjeros las minas de hierro y plomo de Beni Bu Ifrur, cabila cercana a Melilla. Atraídos por el negocio entraron con fuerza en la lucha por la adquisición de la explotación, que finalmente lograron, el conde de Romanones y su hermano Gonzalo, propietarios de G. y A. Figueroa.

De ese modo, el día 28 de julio de 1908 se constituía la «Compañía Española de Minas del Rif». A la vez se creó la «Compañía Norte Africano», Sociedad Anónima de capital francés, administrada por fue el antiguo ministro conservador y gobernador del Banco de España, García Alix.

No puede pasar por alto el detalle de que, entre los impulsores de aquellos negocios mineros de dudosa legalidad, que ignoraban la autoridad del sultán y del Majzén, se encontraran personas muy cercanas a la Corte y al poder político en España, como el conde de Romanones (del partido liberal) o Antonio García Alix (del partido conservador).

Aquel predicador que años atrás viajaba encima de un asno se había convertido en un sultán, ilegítimo sí, pero al que emulaba en su nivel de vida. Mantenerse en lo alto de la sociedad requería ingentes ingresos, lo que llevó a enviar una expedición armada para cobrar tributos a la zona del Rif central, al territorio de la cabila de Beni Urriaguel. Fue un grave error. Los beniurriagueles les infligieron una incontestable derrota.

Al recibir en el Rif oriental la noticia, las cabilas de Guelaya se sublevaron, obligando a El Roghi a abandonar Zeluán e instalarse en Taza. Antes de partir, irritado por no haber recibido el apoyo de las tropas españolas en su lucha con los cabileños de Beni Urriaguel, envió una carta a las autoridades españolas: «Mi marcha costará a España muchos miles de millones y arroyos de sangre y lágrimas. ¡pobre España!». La frase, sin duda premonitoria anticipaba el tortuoso camino del colonialismo español en el Rif. Abd el-Aziz, presionado por su hermano, abdicó el 28 de agosto de 1908. Pocos días más tarde, Abd el-Hafid ejecutó a Bu Hamara.

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