Macron contra Le Pen: dos modelos opuestos de Francia

El próximo 24 de abril tendrá lugar la segunda vuelta de las elecciones generales francesas, que enfrentará al actual presidente, Emmanuel Macron, con la que ya fue su rival en 2017, la derechista Marine Le Pen. Eso significa que Francia podría, en menos de dos semanas, cambiar de forma drástica, ya que los programas de ambos candidatos están llenos de contrastes.

Luces y sombras en el duelo de dos líderes opuestos. Mientras que el partido de Macron, «¡La República en Marcha!», pugna por permanecer en una posición políticamente central, Le Pen, que heredó de su padre un partido habitualmente calificado como «ultraderechista», se moderó con los años y la opinión cambiante del pueblo francés. Así se diferencian sus dos Francias.

La Francia de Macron

Aunque Macron finalizó el primer turno electoral con un 27,84 % del voto, los candidatos «rebeldes» que más critican su sistema, Le Pen, Zemmour, y Mélenchon, sumaron un 52,1 % de apoyo. Más de la mitad de Francia quiere un cambio radical; el actual presidente tendrá que adaptar su programa a un país distinto al que sedujo hace cinco años.

De cara a este nuevo episodio en el debate de la dependencia energética, provocado por el conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, Macron quiere fomentar un desarrollo de la energía nuclear sin descartar la renovable.

En el ámbito económico, y a pesar del disgusto de más de un 70 % del electorado francés, el líder francés planea redoblar las reformas que tiene ya en marcha. Uno de los puntos principales de su programa es, además, el aumento de la edad mínima para las pensiones: desde los 62 años actuales, hasta 65.

También imitará los modelos británico y americano, y vinculará ciertos beneficios sociales con cursos de formación profesional de entre 15 y 20 horas. Y los beneficios llegarán de forma automática a aquellos que estén cualificados para recibirlos, sin necesidad de que soliciten nada.

La Francia de Le Pen

En declaraciones a la agencia Reuters, Gilles Ivaldi, politólogo en la universidad Sciences Po de París, explicó que el programa económico de Le Pen estaba más a la izquierda que nunca. Consecuencia en parte del crecimiento de Eric Zemmour, que se repartió con Le Pen la derecha francesa.

Para resultar más atractiva al electorado, Le Pen se moderó, jugada maestra según indican sus buenos resultados. Ya transformó el «Frente Nacional» de su padre, partido al que re-bautizó «Agrupamiento Nacional», en un bloque proteccionista, y, al contrario de Macron, quiere reducir la edad de jubilación a los 60 años.

Además, eliminará el IRPF para los menores de 30 años, y reducirá a 5,5 % el IVA en las energías, que actualmente está en 20 %. También dedicará 2 billones de euros, en los próximos 5 años, a subir los sueldos del personal hospitalario, y contratará a 10.000 sanitarios más. Aumentará el salario de los docentes un 15 %.

Contrasta con Macron en el ámbito energético; ella relanzará el programa de investigación nuclear «Astrid», y reabrirá la central nuclear de Fessenheim, además de mandar la construcción de nuevos reactores. Pero donde Macron busca un equilibro con energía renovable añadida, Le Pen congelará todos los proyectos eólicos y tumbará y cerrará los centros ya existentes.

Francia en el resto del mundo

Emmanuel Macron es eurófilo total, y querrá continuar desarrollando la que llama «autonomía estratégica» de Europa, tanto en defensa como en tecnología, agricultura, y energía. La suya es una perspectiva proteccionista del bloque, con Francia como miembro integral y clave.

Insiste, además, en que la ley nacional de Francia deberá prevalecer sobre la legislación del bloque, y quiere sustituir la UE con una «Europa de Naciones» de momento sin clarificar. Su Francia tendría una frontera comercial reforzada, en contraste con el mercado libre europeo.

Además, Le Pen quiere extirpar a Francia de la Alianza Militar transatlántica, la OTAN. Es una promesa ensombrecida por sus vínculos con el presidente ruso, Vladimir Putin, que salieron a relucir durante su campaña. Pero Le Pen, autodenominada «gaullista», explicó en una entrevista con Reuters que simplemente quiere desarrollar su política de exteriores tan lejos de Moscú como de Washington.