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Giorgia Meloni gandora

La candidata de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni, se alzó con la victoria en las elecciones del 25 de septiembreAFP

Elecciones en Italia 2022

Los dos golpes de timón que han llevado a Meloni al triunfo en Italia

La líder de Fratelli d'Italia logró hacerse con la victoria electoral tras años de ir a contracorriente

La de ayer fue una jornada de éxito para Giorgia Meloni, de 45 años, crecida en las filas de un neofascismo del que se ha desmarcado definitivamente. En su camino hacia el éxito hay otras dos fechas clave, donde ha sabido marcar un perfil propio, a contracorriente de la mayoría de la clase política.

Una mujer de «carácter», «fuerte», son adjetivos que se le atribuyen a esta joven forjada en la militancia política en barrios de la periferia de Roma. Allí aprendió a movilizar a los vecinos y a resistir y afrontar entornos mayoritariamente de izquierdas. De allí conserva un tono de sindicalista agresiva que consigue electrizar a sus bases.

Experiencia política no le falta. Fue la ministra más joven de Italia, en uno de los últimos gobiernos de Berlusconi, en el año 2008. Ocupa el cargo hasta 2011 como representante de Alleanza Nazionale, partido aliado del 'cavaliere' en aquella época, y con quien formará la coalición Popolo della Libertà.

Cuando las presiones de Europa por la situación económica llevan a elegir un Gobierno técnico, el de Mario Monti, el Popolo de la Libertà decide apoyarlo. Y es ahí cuando viene el primer movimiento contracorriente de Giorgia Meloni. Frente a la mayoría de sus compañeros, decide no respaldar ese Ejecutivo, abandonar el Popolo y fundar su propio partido con algunos compañeros de escaño.

La derecha liderada por el fenómeno Giorgia Meloni barre a la coalición de izquierda

La derecha liderada por el fenómeno Giorgia Meloni barre a la coalición de izquierda

El 20 de diciembre de 2012 crea Fratelli d'Italia, una denominación que toma las primeras palabras del himno nacional, y adopta como logo la llama tricolor que había pertenecido al Movimento Sociale Italiano, de corte neofascista. Es elegida en la Cámara de diputados, en febrero de 2013 y se convierte en jefe de grupo en el Congreso.

A partir de ahí comienza una dura travesía en el desierto, con fracasos como en las elecciones europeas de 2014, donde los 348.000 votos que obtiene se quedan ligeramente por debajo del mínimo del 4 % de los votos que da acceso a Bruselas desde Italia.

Fue uno de esos momentos duros, donde parecía condenada a la irrelevancia. Pero lejos de tirar la toalla, mantuvo la apuesta en solitario. Su oposición al Gobierno Renzi, entre 2014 y 2016, le permitió ir creciendo poco a poco y superar en la mayoría de las encuestas un 4 % de apoyos, suficiente para mantener un grupo propio en las elecciones del 2018 y convertirse en la tercera pata de la derecha liderada por Salvini y Berlusconi.

A partir de ahí llega la segunda jornada histórica para Giorgia Meloni. Se trata del 13 de febrero del 2021. En plena pandemia, con un escenario de recesión internacional, la mayoría de las fuerzas políticas italianas, de izquierda a derecha, acordaron unirse para nombrar a Mario Draghi como primer ministro. Un movimiento en el que participan todos los grandes partidos... menos Giorgia Meloni y su Fratelli d'Italia.

Muchos daban por terminada su carrera política en esa fecha. Pero, una vez más, su visión contracorriente la llevaría a convertirse en la única alternativa válida a la política tradicional. El crecimiento en el respaldo social ha sido meteórico. Desde un 7 % de apoyo hace un año hasta alcanzar los resultados de ayer.

Frente al dominio de Francia y Alemania, ella asegura que «Europa no puede ser un club de golf en el que se decide quién es más importante. Los tratados no dicen eso. Es una organización que cuenta con 27 Estados miembros».

Durante la campaña ha reiterado su vocación europeísta, pero no admite el maltrato a Polonia, con cuyo Gobierno se identifica «y que desde el principio de la guerra está cargando con todos los prófugos de Ucrania sin recibir un euro de Europa». También mantiene afinidad con el presidente de Hungría, Viktor Orbán, aunque «no está de acuerdo con él en su política exterior».

Parte del éxito de Giorgia Meloni ha estado en saber ir por libre, pero sin romper totalmente sus lazos con Berlusconi y Salvini, aliados de la derecha y que le permiten garantizar un perfil más moderado. Sin ellos no hubiera conseguido este triunfo histórico. El problema es que a la hora de formar un nuevo Gobierno también serán, sin duda, la piedra en el zapato durante los próximos años.

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