
Pedro Sánchez junto al primer ministro finlandés, Petteri Orpo
La dejadez de Sánchez en la defensa de Europa levanta ampollas en Finlandia, amenazada por Rusia
España se mantiene a la cola en inversión en defensa dentro de la OTAN
Toda Europa se está moviendo ante la amenaza rusa. «Es la mayor escalada en años», ha dicho el primer ministro británico, Keir Starmer, cuyo país, el Reino Unido, va a enviar una misión de reconocimiento junto a Francia en territorio ucraniano. Alemania ha adoptado una histórica reforma constitucional para aumentar el gasto en Defensa, y los países más cercanos a Rusia, los nórdicos y los bálticos, trabajan en planes de evacuación masiva y preparan a sus ciudadanos ante un eventual conflicto.
Mientras Europa se rearma y piensa cómo actuar, las palabras de hace una semana del primer ministro finlandés, Petteri Orpo, que criticó recientemente la actitud de varios países europeos respecto al apoyo militar a Ucrania, cobran más importancia y se postulan como la primera piedra del resquemor que está levantando el Gobierno de Sánchez, entre algunos países de Europa, especialmente aquellos que limitan y se sienten amenazados por Rusia.
«Muchos países no están funcionando adecuadamente en las entregas de armas a Ucrania», declaró Orpo hace una semana, según recoge la agencia Bloomberg. Estas palabras, que apuntaban a la ineficacia de ciertos gobiernos, fueron interpretadas como una clara referencia a la Administración de Pedro Sánchez.
Hoy España tenía la oportunidad de redimirse y reforzar su colaboración con Ucrania, especialmente debido al hecho de que Francia y el Reino Unido se han comprometido a mandar una misión a Ucrania, pero Sánchez ha vuelto a preferir observar que actuar.La divergencia de criterios entre Finlandia y España sobre la financiación de la defensa se hizo evidente el pasado 12 de marzo, cuando Pedro Sánchez visitó Helsinki. Durante una rueda de prensa conjunta, el presidente del Gobierno español abogó repetidamente por «subsidios europeos» para la defensa, una postura que contrasta con la visión finlandesa de reestructurar el gasto público para priorizar la seguridad y el apoyo a Ucrania. Orpo, en cambio, enfatizó la necesidad de reasignar recursos nacionales y de realizar ajustes económicos para garantizar el compromiso con la Alianza Atlántica.

Bandera de Finlandia
El uso del término «subsidios» por parte de Sánchez resultó particularmente controvertido en Finlandia, un país que ha hecho profundos sacrificios en su Estado de bienestar para financiar su defensa. Las reformas impuestas por el gobierno de Orpo incluyen recortes en prestaciones sociales, subsidios de vivienda y beneficios para desempleados. A su vez, Finlandia ha destinado el 2,5 % de su PIB a defensa, convirtiéndose en el séptimo país de la OTAN con mayor inversión en esta materia.
La amenaza rusa ha obligado a Finlandia a tomar medidas drásticas para proteger su frontera de 1.340 kilómetros con Rusia. En los últimos dos años, el Gobierno ha implementado la construcción de barreras físicas, vallas y sensores de movimiento en los tramos más vulnerables. Además, ha incrementado la vigilancia fronteriza con más efectivos y ha endurecido sus protocolos de seguridad frente a posibles ataques híbridos.

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El rearme de Finlandia también ha sido significativo. En 2022, el país aprobó un paquete inicial de 2.000 millones de euros para fortalecer sus capacidades militares, seguido de una inversión adicional de 10.000 millones en armamento avanzado. Estas adquisiciones incluyen cazas F-35 estadounidenses, drones, municiones de artillería y sistemas de visión nocturna, elementos clave para su integración en la estrategia de defensa de la OTAN.
España, a la cola en gasto militar
En contraste con el esfuerzo finlandés, España se mantiene a la cola en inversión en defensa dentro de la OTAN. Con un gasto militar significativamente menor al de sus aliados, su contribución al apoyo militar a Ucrania ha sido objeto de críticas. La falta de compromiso con el rearme y la aparente indecisión del Gobierno de Sánchez han generado desconfianza en la región, especialmente entre los países que enfrentan directamente la amenaza rusa.
Finlandia, que ha asumido grandes sacrificios económicos y sociales para garantizar su seguridad, reivindica ahora que la financiación europea se dirija prioritariamente a los países en primera línea del conflicto. Orpo ha sido claro en su postura: la defensa de Europa no puede depender de subsidios, sino de una acción decidida y coordinada entre los estados miembros. En este contexto, la postura de España sigue generando interrogantes sobre su verdadero compromiso con la seguridad europea.