Práctico
Un Guardia Civil explica lo que pasa realmente cuando te niegas a soplar en un control de alcoholemia
El alcohol está presente en casi la mitad de los accidentes de tráfico, una verdadera lacra en la carretera que la DGT persigue sin descanso
La DGT confirmaba recientemente que este año ha realizado más de seis millones de controles de alcoholemia, una barbaridad que permite sacar a la luz que sigue habiendo conductores que beben y después se ponen al volante de un automóvil, una verdadera locura.
Los agentes pueden solicitarnos una prueba de alcoholemia de manera aleatoria o si cometemos una infracción o tenemos un accidente con síntomas evidentes de que hemos bebido.
En este caso un Guardia Civil explica la gravísima infracción en la que incurrimos si nos negamos a soplar en el alcoholímetro. Es cierto que es un derecho y como tal podemos negarnos a ello, pero agravaremos la situación y nos enfrentaremos a una sanción mucho mayor que la que pagaremos por dar positivo.
Peor que dar positivo
Tal y como explica el agente perteneciente a la Agrupación de Tráfico cuando nos negamos a soplar en un control de alcoholemia incurrimos en un doble delito.
Por un lado cometemos una infracción administrativa que provocará que nos sancionen con una pena similar a haber dado positivo por alcoholemia en su tasa máxima, con la retirada de entre 4 y 6 puntos del carnet y una multa entre 500 y 1.000 euros.
Ojo a los síntomas
Por otro lado si el agente detecta sintomatología compatible con el consumo de alcohol nos enfrentaremos a un infracción penal que puede sancionarse con entre 1 y 4 años de retirada del carnet de conducir y una pena de un año de prisión mayor.
Para ello el agente rellena un acta de sintomatología, en el que refleja si detecta síntomas compatibles con el consumo de alcohol relacionados con el habla o los movimientos que realizamos.
Esto es tan importante que si un conductor da positivo en un control y muestra evidentes síntomas de alcoholemia pueden ser considerados como un agravante por la autoridad.
De hecho es recomendable mantener siempre la compostura y pedir al agente que refleje que no mostramos síntomas de haber consumido alcohol en el citado acta de sintomatología.