Imagen de un detalle del accidente

Imagen de un detalle del accidente

Seguridad vial

Siniestra su coche contra uno de los nuevos radares de velocidad que parecen lavadoras

El propietario del Peugeot 208 podría hacer frente al pago de los 70.000 euros que cuesta el aparato si se demuestra que lo hizo intencionadamente

Hace sólo unos meses que el servicio de tráfico de Cataluña ponía en funcionamiento una nueva generación de radares nunca antes vistos en España, se trata de los radares remolque, un nombre que hace referencia a cómo se desplazan, pues son siempre remolcados por un vehículo de la Guardia Civil o por vehículos de mantenimiento de carretera.

Su peculiar forma les ha hecho recibir el apelativo de radares lavadora, pues vistos desde atrás su forma se parece a la de estos electrodomésticos. Francia fue la pionera en sacarlos a la carretera y allí ha sido donde han sucedido los hechos que pasamos a relatar.

Conductor indignado

Todo parece indicar que el propietario de un Peugeot 208 de última generación, cansado ya de recibir multas por uno de estos sofisticados equipos decidió tomarse la justicia por su cuenta y llevárselo por delante sin más, o al menos esa es la versión que circula en Francia.

Radar y coche acabaron totalmente siniestrados

Radar y coche acabaron totalmente siniestrados, en la imagen el flash

Es cierto que también hay quienes piensan que se trata de un accidente sin más, pues el conductor habría perdido el control de su coche y se habría llevado por delante el radar.

Tenología láser

Se trata de la generación de radares láser más moderna que hay, mide hasta tres carriles simultáneamente y ponen más de 120.000 sanciones al año, por lo que la amortización de los 70.000 euros que cuesta cada unidad es extremadamente rápida.

El Peugeot desplazó el aparato una decena de metros

El Peugeot desplazó el aparato una decena de metros

Actualmente, Cataluña cuenta con cuatro de estos dispositivos, aunque se habría confirmado ya la adquisición de otra decena de unidades.

Se desconoce cómo terminará el asunto, pero parece muy probable que el conductor tendrá que hacer frente al coste del aparato además de una importante sanción en caso de que se demuestre por elementos como la frenada si se trató de un ‘atropello’ voluntario.

Conviene recordar que en Francia la presión sobre los conductores es mucho mayor que en España, pues allí existe 4.300 radares de carretera frente a los 2.300 de España.

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