La política de von der Leyen está cada vez más cuestionada

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Agenda woke

Ni zonas de bajas emisiones ni coches eléctricos: la agenda 2030 cada vez más cuestionada en Europa

La amenaza de una crisis económica está dejando en el aire algunos de los principios básicos del movimiento woke

Tal y como lo define el ministerio de Derechos Sociales, la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, es un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

La agenda 2030 creció en paralelo al movimiento woke como un proyecto para la evolución humana sostenible con el cuidado del planeta como prioridad, aunque algunos rápidamente la tradujeron como una serie de herramientas de control diseñadas para manipular y dirigir la sociedad según los designios de unos pocos, sin el consentimiento del la población.

Crecimiento sostenible

A día de hoy la agenda 2030 se identifica con movimientos de izquierdas europeos y norteamericanos, que han convertido a determinadas industrias como la del automóvil en su caballo de batalla al tratar de imponer el coche eléctrico para la descarbonización de la industria sin importar los costes.

La protesta forma parte de la operación Tesla Takedown, una serie de acciones en todo el mundo que buscan animar a los ciudadanos a "vender sus Teslas, deshacerse de sus acciones y unirse a los piquetes

Tesla era uno de los iconos de la agenda 2030 hasta el apoyo de Musk a Trump

Sin nos ceñimos al automóvil uno de sus objetivos más importantes es la ciudad de los 20 minutos, un concepto de ciudad sostenible en la que 20 minutos representa el tiempo que debemos tardar en ir andando a prácticamente cualquier sitio, lo que significa ciudades peatonalizadas y libres de vehículos.

La ciudad de los 20 minutos

Se trata de un objetivo para el que se crearon las zonas de bajas emisiones, calles por las que prácticamente sólo pueden circular coches eléctricos y cuyo destino final es la peatonalización.

Tanto en España como en Europa se ha impuesto este concepto de las zonas de bajas emisiones, aunque afortunadamente son pocas las que lo están aplicando de manera integrista. Bruselas ‘premia’ su puesta en funcionamiento con ingentes cantidades de dinero en forma de subvenciones públicas.

Bruselas invita a la peatonalización de los centros históricos

Bruselas invita a la peatonalización de las ciudades

Curiosamente, a finales de la semana pasada Francia votaba en una comisión la eliminación de las zonas de bajas emisiones de todas las ciudades galas, una votación que salió adelante, un duro revés para la agenda woke que podría extenderse hasta otros países.

No a las ZBE

Por otra parte, la decisión de Europa de posponer casi tres años la entrada en funcionamiento de la doctrina CAFE que multa a los fabricantes que no vendan suficientes coches eléctricos ha supuesto a su vez un duro revés para el coche eléctrico tras casi una década de respaldo institucional absoluto.

Dos gestos en los que algunos quieren ver un gesto conservador de Europa tras la estela iniciada por Donald Trump en los Estados Unidos, que desde su llegada ha atacado al coche eléctrico, con el permiso de Musk y Tesla, y ha prometido que su intención es perforar para volver a basar su economía en el petróleo.

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