Entre aceituna y comunismo, comunismo
A Évole se le escapó lo del comunismo, por querer preguntar por Ayuso. Porque la izquierda española evita la palabra siempre que puede, lo mismo que hace toda la izquierda europea
Imaginen que a una famosa cantante y actriz española le pidan elegir entre nazismo y libertad, y que ella elija nazismo, con el argumento de que «¿el nazismo aquí en España a ti te ha hecho algo malo?». Es difícil de imaginar, el escándalo que se armaría por tal blanqueamiento del nazismo sería épico. Pero resulta que ha pasado, pero con el blanqueamiento del comunismo, claro está, porque ése, ya lo sabemos, no causa escándalo alguno. Sigue estando a la orden del día, y hasta te premian por hacerlo.
La famosa cantante y actriz que ha elegido comunismo es Ana Belén, en entrevista en Lo de Évole. Después de convertir la libertad en aceituna, que ésa es otra. Porque a ella lo de «Libertad o comunismo», el eslogan de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones de 2021, le parece «Aceituna o comunismo», que es lo que le respondió a Évole: «¿Libertad en qué? ¿En que me pueden poner unas aceitunas tomándome una caña? ¿Pero qué es más importante? ¿La aceituna o que yo tenga médicos de la sanidad pública? ¡Joder! Quiero decir que, entonces, prefiero no tomarme la aceituna, coño. ¿El comunismo, aquí, en España, a ti te ha hecho algo malo?». A tomar por saco la libertad, le faltó añadir para redondear el alegato procomunista.
He aquí que no haber tenido una dictadura comunista otorga a los españoles el derecho a defender el comunismo. Argumento según el cual todo aquel país que no haya sufrido una dictadura nazi puede perfectamente defender el nazismo. Porque, ¿a ti, aquí, el nazismo te ha hecho algo malo?, que diría Ana Belén. Y eso, sin olvidar la otra parte del blanqueamiento totalitario de la artista, que es la negación de los crímenes comunistas durante la República y la Guerra Civil, además del terrorismo de ultraizquierda, empezando por ETA, un grupo terrorista de ideología utranacionalista e ultraizquierdista.
Pues la blanqueadora tiene premio, siempre lo ha tenido en el mundo artístico y cultural español, que se escandalizaría por el blanqueamiento de los totalitarismos fascista y nazi, pero nunca por el de los comunistas. Y va a presentar los premios Goya, sin que nadie proteste por sus querencias totalitarias y por el olvido de los 100 millones de víctimas del comunismo a lo largo del planeta. Empezando por su entrevistador, Jordi Évole, que se ha tomado con mucho humor la respuesta de Ana Belén; «no parece una ayuser», ha tuiteado. ¿Y lo del comunismo? Nada, nada, un detallito simpático, como lo de sus entrevistas a etarras.
Realmente, a Évole se le escapó lo del comunismo, por querer preguntar por Ayuso. Porque la izquierda española evita la palabra siempre que puede, lo mismo que hace toda la izquierda europea. Son procomunistas, pero saben que queda feo seguir negando a estas alturas los crímenes comunistas. De ahí ese extraordinario hecho periodístico de que a la comunista Yolanda Díaz los periodistas no le pregunten jamás por el comunismo. Algo absolutamente inconcebible en una líder fascista o nazi.
Y es que el negacionismo comunista sigue vivo en Europa Occidental, y muy en especial en países como España y Francia. Volvamos de nuevo a Jean-François Revel: «Los negacionistas pronazis no son más que un puñado. Los negacionistas procomunistas son legión» (La grande parade, 2000).