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Consejos gratuitos al PP

Casi ninguno de los votantes de Vox está a gusto con una derecha fragmentada, aunque sea por mero pragmatismo. Ustedes mismos están obsesionados con el voto útil. Dejen de hablar de eso, es ridículo

Actualizada 01:30

Cuando el PP, en los últimos minutos de campaña, despertó y señaló los problemas de seguridad ciudadana asociada a la inmigración ilegal, el dinosaurio seguía ahí. Dinosaurio, o elefante en la habitación, del que nadie quería hablar hasta hace muy poco (a excepción de Vox y Aliança Catalana). Por lo visto, un tema no resulta preocupante y digno de mencionar hasta que los miembros del PP se dignan a hacerlo. No sé muy bien por qué siempre llegan tarde. ¿Por miedo a que los consideren fachas? ¿Aún no saben que, aunque salieran con el pelo morado y con camisetas arcoíris y la imagen del ché, todavía serían fachas para la mitad de España?

Aquí es cuando algunos de los lectores de El Debate me llaman panfletaria de Vox. Ojalá, al menos significaría que me pagan, como ocurre con algunas cabeceras en España. Pero no, resulta que en mi hambre mando yo, es una de las pocas ventajas de que el dinero sólo te importe para poder llegar a fin de mes y poco más. De hecho, voy a permitirme el lujo de dar consejos gratis al PP, así de generosa me siento hoy. Primer y principal consejo: dejen de obsesionarse con Vox. Allá donde el PP ha gobernado gracias al apoyo del partido de Abascal han obtenido en las siguientes elecciones mayoría absoluta (Madrid y Andalucía). Es el enemigo ideal, no entiendo la inquina. ¿Acaso no ven cómo el PSOE se ha comido a Podemos y Sumar a través de pactos, sonrisas y abrazos?

Casi ninguno de los votantes de Vox está a gusto con una derecha fragmentada, aunque sea por mero pragmatismo. Ustedes mismos están obsesionados con el voto útil. Dejen de hablar de eso, es ridículo. Para un número nada despreciable de sus votantes es el único motivo por el que no elegir a Vox, recordarlo es como aconsejar comer al menos una vez al día. ¿Por qué no se centran más bien, señores del PP, en comprender por qué ya muchas personas no volverán a votarlos, así los maten? Quizá llevan ustedes tanto tiempo pensando que el votante de derechas y centroderecha les pertenece que se han olvidado de qué quiere y se han centrado sólo en qué no quiere (no quiere PSOE ni ruina económica, eso ya lo sabemos todos).

Nunca resultó más sencillo saber qué le preocupa a un votante determinado: ¡está gobernando Sánchez! En tiempos pretéritos el PP no habría tenido que mover apenas un dedo, le habría bastado con existir; le bastó con existir. Pero los populares fueron a lo fácil, a alimentar a la bestia del independentismo y sus prebendas cuando lo necesitaron. Y, cuando no, ¿qué hicieron? Ahora les ha salido competencia, sí, pero el PSOE es peor que nunca, y sus aliados están desquiciados, estar en la oposición nunca resultó tan sencillo. La existencia de Vox debería de ser peccata minuta para ustedes. Tener un rival político se parece a ligar con una mujer que tiene varios pretendientes: céntrate en ella, en saber que quiere, no en decirle que el otro es un mendrugo. A éste se le trata con caballerosidad y como si no tuviera ninguna opción. Lo malo es cuando el otro galán ofrece cosas que tú no quieres, no puedes o no sabes ofrecer. Si además desprecias esas otras cosas, estás perdido.

¿Tanto cuesta defender la unidad e igualdad de todos los españoles? Disculpen, no sé por qué pregunto, ustedes juegan desde hace tiempo al regionalismo, incluidos Ayuso y su folklore madrileño y Moreno Bonilla y sus coqueteos con el andalucismo. Después quieren ir de españoles y mucho españoles, y les sacan los colores cuando se recuerda algunas de las políticas del PP en Galicia, Comunidad Valenciana o Baleares, por poner un ejemplo. Y, por cierto, ¿qué tipo de asesor les aconseja ofrecer día sí, día también la mano a Sánchez? ¿quién les propuso intentar lo propio con Puigdemont? De repente les preocupa la violencia en las calles de Cataluña, pero hace nada votaron a favor de regularizar a medio millón de inmigrantes ilegales. Señor Feijoo, no sabe cuánto deseo poder entregarle mi voto, aunque sólo sea por aquello de que la unión hace la fuerza ¡pero con ustedes resulta imposible!

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