Un gafe blindado por una acorazada mediática
Cuando más acosado y abrumado estaba por la corrupción de su familia y su amigo conmilitón Ábalos, escrutados por la lupa judicial, sobreviene la criminal DANA que ha desviado la atención pública de esas cuitas corruptas
Es preferible un malvado que un tonto. El tonto no descansa nunca y si además es un mediocre con ínfulas, el desastre es absoluto.
Definitivamente es preferible un malote, al que se le ve venir, que un idiota. Ocurre también con los cenizos que no se advierten hasta que empiezan a generar «mufa», infortunio y mala suerte, y entonces hay que apartarlos rápidamente o alejarse de ellos.
El cenizo como el zopenco tampoco descansa nunca. No hay más que ver al que mora en la Moncloa para comprobarlo. Desde que se instaló ahí no nos libramos de ninguna calamidad: pandemias, 'filomenas', pertinaces sequías o DANA con el agravante de que el muy malasombra, como bien sabe Alfonso Ussía, experto en la materia, es del tipo sotanillo. Es esa especie de cardo 'nube negra' que se zafa de todos los males e infortunios que su influencia depara a los demás pero de la que sale indemne, de tal manera que si un meteorito le cae encima, él resulta ileso mientras todo queda devastado a su alrededor.
El cenizo sotanillo monclovita tiene por demás una flor en salva sea la parte que amenazaba con marchitársele y ha acabado regándola con las mortíferas aguas de Valencia.
Cuando más acosado y abrumado estaba por la corrupción de su familia y su amigo conmilitón Ábalos, escrutados por la lupa judicial, sobreviene la criminal DANA que ha desviado la atención pública de esas cuitas corruptas. Una hecatombe que el cenizo ha aprovechado para encaramarse a una tabla de 'surf' y, con el desempeño vergonzoso de su aparato mediático de propaganda, 'surfear' la ola letal del barranco del Poyo, como si la cosa no fuera con él, hasta residenciar en Mazón y la Generalidad todas las culpas y reprobaciones por la respuesta dada antes, durante y después del desastre.
Nada de lo que el cenizo perpetra y decide desde la Moncloa sería posible si no contara con la ayuda del ejército mediático que de manera uniforme y sin matices, prietas las filas, le protege y defiende. Batallón que en la desgracia de Valencia ha señalado sólo a Mazón, sin deslizar reproche o reprobación alguna al proceder irresponsable del cenizo que como presidente del Gobierno, decidió quedarse al margen de la gestión directa de la crisis y se negó a liderar mediante una declaración de emergencia la mayor catástrofe natural sufrida en España este siglo. Lo hizo por cálculo político. Y tampoco su vicepresidenta Teresa Ribera, competente en el flujo de los cauces desbordados y responsable de la Confederación Hidrográfica del Júcar, ha sido objeto de atención reprobatoria por parte de esos medios salvo para exculparla, a pesar de haber estado desaparecida en las horas críticas del tsunami.
La deshonestidad informativa de los medios públicos y privados al servicio del cenizo es inversamente proporcional a la profesionalidad y honestidad de los que vienen siendo críticos con él por su habitual hipocresía y formas autocráticas. Mientras aquellos ejercen de propagandistas del cenizo, sin fisuras, culpando a Mazón, estos ejercen sencillamente el periodismo repartiendo críticas y exigiendo responsabilidades políticas tanto al Gobierno de Sánchez como al valenciano.
El equipo de opinión sincronizada que conforman las televisiones, pública y privadas, radios y periódicos al servicio del gafe gobernante, es el mismo que fabricó y difundió durante días el bulo sobre la presencia de ultraderechistas organizados en Paiporta. Un bulo desmentido por la investigación de la propia unidad de élite de la guardia civil enviada por Marlaska y cuyo trabajo desmontó la mentira aventada también por el propio Sánchez con el único fin de justificar su cobarde huida. En Paiporta no hubo ultras, sólo vecinos indignados.
Mazón ya ha dado explicaciones en las Cortes valencianas y ha admitido errores y culpas. Le faltó decir que si hay que asumir responsabilidades políticas no le importaría compartir panteón con el gafe que dio la espantada para no responder en el Congreso a las preguntas de la oposición.
Es sabido que en el ADN político de nuestros Kirchner de la Moncloa no hay transparencia sobre sus quehaceres ni explicaciones acerca de sus desmanes políticos. Por el contrario inciden en ese déficit democrático que intentan disculpar haciéndose pasar por víctimas de campañas orquestadas por la ultraderecha y su máquina del fango, divulgadora de bulos y difamaciones contra ellos, como acaba de hacer la esposa del cenizo en la Asamblea de Madrid.
Sin embargo, por más acorazadas mediáticas que protejan y justifiquen sus excesos y desvíos de poder o sus desatinos, siempre habrá algún juez que les recuerde a ellos y a sus medios serviles que en España no se investigan denuncias basadas en bulos sino presuntos hechos delictivos como tráfico de influencias, apropiación indebida, corrupción en los negocios e intrusismo profesional que son, casualmente, los que persiguen a la mujer del cenizo.