Demasiada inteligencia
Aunque siempre ha existido un porcentaje de gente que piensa que independientes comeríamos perdices y ataríamos a los perros con longanizas, creo que la inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña piensa como yo
Yo creía que la inteligencia, palabra por cierto femenina, o sea, no inteligencio o inteligencie, era una facultad de la mente humana que permite aprender, entender, razonar y formarse una idea de la realidad, pero nuestros gobernantes y hoy responsables de los destinos de España nos están demostrando una total ausencia de esa humana facultad.
No obstante, sí tienen sobradamente desarrollada y practicada la farsa, la engañifa, la marrullería y la picaresca sobre todo, pues cualquier ciudadano normal cuando lee, escucha o ve en los medios las manifestaciones, por no decir improperios de los personajes políticos, debe pensar, o al menos yo lo pienso, que es un mal sueño, que es imposible que ni un solo ciudadano pueda aceptar los vómitos de Echenique, las bufonadas de Rufián o los insultos de Lastra. Y esos son solo un ejemplo que por elevación alcanza y multiplica el propio presidente del Gobierno, ministros/as/es y responsables/os/as de departamentos.
La compresión a la que está sometido nuestro país es de tal magnitud que, o cambiamos democráticamente a toda esa tropa, o en breve no quedará nada mínimamente aprovechable con una sociedad empobrecida, inculta y sumisa. Galicia, Madrid, Castilla y León, Murcia, esperemos que inmediatamente Andalucía y sin pausa Valencia y Baleares, se sumen a los territorios liberados creando un frente de cambio poderoso que reconduzca la alarmante situación sin titubeos.
Y Cataluña irá después, pero allí lamentablemente habrá que forzar el Art. 155 de la Constitución sin timideces ni miedos porque seguimos con un golpe de Estado permanente contra las instituciones, poder judicial y sentencias firmes. Además estoy seguro de que efectivamente habrá reacciones violentas, pero durarán poco si se nutre a la comunidad autónoma de contenedores de segunda mano para quemar por los chicos de la gasolina, se alinea firmemente el conjunto de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, se compromete una respuesta exprés en detenciones, encarcelamientos y condenas a indemnizaciones económicas personales y familiares.
La ciudad de Barcelona ya no puede destrozarse más, pues ya se ha encargado la Sra. Colau y Cataluña los Srs. Puchimocho, Torra y Aragonés, por lo que tan solo queda aplicar la reconstrucción de todo. Cuando la alta inspección educativa se active seriamente y se controlen todos los medios de comunicación en general, habremos suturado la herida que provoca la sangría y el flujo doctrinario eliminando así todas las referencias y consignas que, a diario, reciben los catalanes. Y la solución es simple y rápida, anulando subvenciones y patrocinios del erario público así como cortando la energía súbitamente, no quedará nada, solo el olvido, como dice Serrat.
Como catalán me es incómodo tener que sostener esa solución para mi tierra, pero como español no puedo permitir que me amputen parte del alma y del corazón y, aun entendiendo que siempre ha existido un porcentaje de gente que piensa que independientes comeríamos perdices y ataríamos a los perros con longanizas, creo que la inmensa, repito, inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña piensan como yo.
Además los porcentajes que se barajan de apoyo a la secesión son totalmente falsos porque la Cataluña interior rural hará y pensará lo que le manden, la cobarde burguesía al rico tintineo del dinero aplaudirá y lanzará vítores como uno solo al nuevo rumbo, los funcionarios se atornillarán a sus puestos con sus banderitas y pulseritas españolas y, en silencio, los ideólogos se rasgarán las vestiduras en su casa por si acaso, y solo quedarán en las calles algunos detritus violentos y encapuchados al igual que algunos periodistas/ os/ es y otros payasos con la bola roja en la nariz.
Finalmente, los intelectuales ni estarán ni se les esperará, pues, faltaría más aunque muy ofendidos por la afrenta a su inteligencia que al fin y al cabo es a lo que iba este artículo.
- Mariano Gomá es presidente de Foro España y España Cívica