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TribunaJosé F. Martín Cinto

La clase política

Desde que Franco asumió la jefatura del Estado español, se consiguió, después de unos años muy duros, pero en los que todos remábamos en la misma dirección, una España unida y que causó el asombro de Europa y del mundo entero

Actualizada 01:30

Después de todo lo que está ocurriendo en estos últimos meses, que refuerza sin duda, todo lo ocurrido con anterioridad, desde la nefasta llegada de Sánchez al Gobierno de España, no puedo por menos que dedicar este artículo a la actual clase política, que salvo honrosas excepciones, produce a todo español y a todo ciudadano corriente, un creciente malestar, que no parece tener un fin cercano.

Siento tener que remontarme, pero creo necesario tener que recordar, que después de más de 140 años de guerras continuas en España desde la de los franceses, hemos estado gobernados por todo tipo de sistemas, a cada cual peor, que desembocaron en la trágica y nefasta II República, que como sabemos trató con un odio total, acabar con todos los valores que hicieron grande a España, como su Unidad, Catolicismo, defensa de la familia, honor y valores morales, no pudiéndose evitar la Guerra Civil, que afortunadamente acabó con ese periodo tan largo y desastroso de nuestra historia. No cabe duda, que desde que Franco asumió la jefatura del Estado español, se consiguió después de unos años muy duros, pero en los que todos remábamos en la misma dirección, una España unida y que causó el asombro de Europa y del mundo entero, por nuestro desarrollo industrial y turístico en especial y que además, se logró también, tener en España una clase media fuerte, artífice de que la transición al régimen democrático en el año 1978, con una nueva Constitución, se pudiera hacer en paz y sin el más mínimo problema. Hubo tanta grandeza en esos momentos de la Transición que no fue nada fácil aceptar ver otra vez sentados en el Parlamento español a personas como Santiago Carrillo o La Pasionaria, como consecuencia de aceptar que el Partido Comunista tuviera otra vez, representación en el Parlamento español. Todo empezó a funcionar bien, pero enseguida empezaron los errores, algunos de los cuales han dado lugar a la situación tan preocupante que vivimos ahora. Me refiero a decisiones como la de aprobar en España diecisiete comunidades autónomas, con sus correspondientes gobiernos, con indebidas transferencias, como en Educación, Sanidad, Impuestos, Idioma oficial, etc, que con el paso del tiempo, han dado lugar a que la parte principal de la gran deuda de España, se deba a las Autonomías que sin miedo a equivocarme, representan aproximadamente el 60% del total de la deuda y acumulándose a su vez más del 60% de esa deuda, en la Comunidad Autónoma de Cataluña.

Al principio, todo funcionó como debía, aunque pronto se empezaron a vislumbrar, signos que no iban a augurar nada bueno. Creo que lo peor empezó, a raíz del atentado de los trenes en Atocha, que personalmente espero se sepa finalmente la verdad al respecto, pues aunque existen todo tipo de datos, nadie quiere de verdad indagar a fondo en la verdadera autoría. A raíz de este atentado, llegó al poder, un personaje tan lleno de odio, hacia todo lo que representó durante más de cuarenta años, una España en paz y de gran desarrollo en todos los órdenes, como el señor Zapatero, que a través de la llamada memoria Democrática y creo que ahora Historia democrática, se dedicó con todas sus energías a inventar otra historia que nunca existió, pero que con el paso de los años y la pasividad de los demás partidos políticos ha calado mucho en la actual sociedad y desvirtúa totalmente la verdad, llegando a tal extremo, que hoy en día cualquier español que sienta a su patria como un lugar en paz, con una total unidad en todo el territorio y que defienda cosas tan elementales como la familia, el honor, la verdad, el buen hacer y todo lo que esto lleva aparejado, es tratado de facha y apestado, aunque claro, ninguno tiene la menos idea de lo que era el Faschio.

Todo esto lo digo, para tratar de entender un poco mejor, quienes son los que representan a los españoles en nuestro Parlamento, porque han llegado a tal sumisión a las siglas que creen representar, que no son capaces de tener oficialmente una sola opinión discordante, por mucho que vean las barbaridades que cada día y cada vez con más celeridad, estamos sufriendo en España, como consecuencia de este gobierno, salido en primer lugar de una moción de censura falsa y en segundo lugar y después de perder las elecciones, de acuerdos vergonzantes con partidos separatistas, comunistas, con el brazo político de ETA y con los aprovechados del PNV. Pues bien, con semejante parlamento, hemos podido ver por desgracia y a raíz de la horrible desgracia de la gota fría en Valencia, la catadura moral de Sánchez, que como Jefe del Ejecutivo, ni quiso ni supo, tomar el mando inmediatamente y enviar al grueso del Ejército, verdaderos expertos en estas dantescas situaciones y con experiencia internacional. Es más, con un horrible cálculo político tardó una semana en reaccionar y por supuesto los ministros correspondientes lo mismo, desviando la total responsabilidad a la Comunidad de Valencia, que hoy en día la gobierna el PP, que con independencia de los fallos que se produjeron, no tiene ni remotamente los medios para liderar semejante situación, que Sánchez en su engreimiento e ignorancia, llegó a decir: «si quieren ayuda que la pidan»

Todos pudimos ver en directo, como un pueblo devastado por la tragedia y ante la actitud del jefe del Ejecutivo se enfrenaron a él en su visita conjunta con el Rey y como salió huyendo sin dar la cara, como sí hizo nuestro Rey y no contento, sentenció que tenía información de que habían sido ataques de la extrema derecha y perfectamente organizados. La verdad es que fueron unos pocos ciudadanos del pueblo que se sentían totalmente abandonados por un Ejecutivo que no existió desde el primer momento para ellos.

Todo esto, que es de dominio público y que se puede expresar sin duda, mejor que yo, me lleva a decir sin dudar, que es una necesidad histórica acabar con esta clase política revanchista y encabezada por el engendro PSOE-Sánchez, que se permitió aplaudir a su líder, sin el más mínimo rubor, ignorando de paso, a todos los valencianos que han sufrido tantos fallecimientos, que nadie podía sospechar, segundos antes de la tragedia y que a día de hoy, todavía no se han encontrado, todos los desaparecidos en la riada.

Digo a todos los españoles, que no se trata de un tema político al uso, se trata de una clase política, perdida para seguir representando a una parte de los españoles y que entre todos, con independencia de preferencias e ideales, podamos resolver de una vez por todas, nuestra vida política, con representantes dignos de confianza y respeto a los valores fundamentales de nuestra querida España.

  • José Fernando Martín Cinto es licenciado en Ciencias Físicas
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