Hermana María del Divino Corazón
Por qué junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús
Los fieles son invitados a hacer memoria del amor fiel e incondicional de Cristo por toda la humanidad y por cada hombre en concreto
La Iglesia reserva el mes de junio para la celebración y meditación al Sagrado Corazón de Jesús. De este modo, los fieles son invitados a hacer memoria del amor fiel e incondicional de Cristo por toda la humanidad y por cada hombre en concreto. La devoción hunde sus raíces en los orígenes del cristianismo, desde que los primeros seguidores de Jesús meditaron sobre el costado y el corazón abierto de Jesucristo en la cruz.
A propósito de la devoción, el Papa Francisco dijo que «el Corazón humano y divino de Jesús es la fuente de donde siempre podemos obtener misericordia, perdón y ternura de Dios». El Papa sugirió que los creyentes «podemos hacer esto reflexionando sobre un pasaje del Evangelio, sintiendo que en el centro de cada gesto, de cada palabra de Jesús, en el centro está el amor, el amor del Padre que ha enviado a su Hijo, el amor del Espíritu Santo que está dentro de nosotros. Y podemos hacerlo adorando la Eucaristía, donde este amor está presente en el Sacramento».
«De este modo – prosiguió Francisco – nuestro corazón también, poco a poco, se volverá más paciente, más generoso, más misericordioso, imitando el Corazón de Jesús».
Por deseo de Jesús
La devoción le debe gran parte de su existencia a santas como Margarita María Alacoque y a la hermana María del Divino Corazón.
El 27 de diciembre de 1673, día de San Juan el Apóstol, Margarita María estaba arrodillada ante el Señor en el Santísimo Sacramento expuesto. Era el momento de la primera gran revelación del Señor. Ella lo cuenta de este modo:
«Estando yo delante del Santísimo Sacramento me encontré toda penetrada por Su divina presencia. El Señor me hizo reposar por muy largo tiempo sobre su pecho divino, en el cual me descubrió todas las maravillas de su amor y los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado».
La visión del corazón de Jesús de santa Margarita María Alacoque
María del Divino Corazón
Doscientos años después, entre 1897 y 1898, otra muchacha, Maria Droste zu Vischering , escucha una voz que le dice: «Tú serás la esposa de mi Corazón» y le expresa a sus padres el deseo de hacerse religiosa.
María ingresó en el convento de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor en Münster respondiendo a la inspiración que el Sagrado Corazón suscitó en su alma. El 10 de enero de 1889 tomó los hábitos y adoptó el nombre de 'Sor María del Divino Corazón'.
Hermana María del Divino Corazón
Sor María, por expreso deseo de Jesús, escribió al Papa León XIII para pedir la consagración de la humanidad al Sagrado Corazón de Jesús. El Papa accedió a la petición, señalando que aquella había sido «la decisión más importante de su pontificado». El 25 de mayo de 1899, el santo padre publicó la encíclica Annum Sacrum (Año sagrado) en la que explicó la necesidad de consagrar el mundo al Sagrado Corazón de Cristo.
El 8 de junio de 1889 Sor María entregó su alma al Señor en Oporto, en la casa madre de la Congregación y solo tres días después, León XIII presidió la ceremonia de Consagración del mundo al Sagrado Corazón de Jesús.
En 1964, la Madre María del Divino Corazón recibió el título de Venerable por la Congregación para la Causa de los Santos. Y el 1 de noviembre de 1975, Solemnidad de Todos los Santos, fue beatificada por san pablo VI, al cumplirse el tercer centenario de las revelaciones del Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque.
Su cuerpo se encuentra incorrupto y está expuesto para su veneración en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Ermesinde (Portugal).
