Maduro atribuye «mejoría milagrosa» del Papa a una imagen de José Gregorio Hernández enviada desde Venezuela

el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró este miércoles la recuperación del Papa Francisco tras su reciente hospitalización y aseguró que un retrato del beato José Gregorio Hernández, que le envió durante su convalecencia, habría contribuido a su mejoría.

Según unas declaraciones transmitidas por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV) y recogidas por Efe, Maduro afirmó que el obsequio fue recibido por el Pontífice cuando aún permanecía ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma y que, a partir de ese momento, su salud experimentó una notable mejoría.

«El día que le llegó, dice gente que estaba cerca del Papa Francisco, empezó una mejoría milagrosa y, afortunadamente, le dieron de alta, salió de esa crisis», expresó el líder chavista durante un acto en Caracas, en el que entregó a una comunidad local una copia del retrato enviado al Vaticano.

Una convalecencia de al menos dos meses

Maduro subrayó que, además del cuadro, la plegaria del pueblo venezolano «contribuyó modestamente a que el Papa Francisco saliera de esa gravedad». «Ahí estuvo nuestra oración, nuestro granito de arena humilde y el poder de Dios a través de san José Gregorio Hernández», agregó.

El Santo Padre, de 88 años, recibió el alta el pasado domingo tras permanecer 38 días hospitalizado a causa de una grave infección respiratoria. Su ingreso en el Policlínico Gemelli de Roma se debió inicialmente a una bronquitis que, con el paso de los días, evolucionó en una neumonía bilateral con severas complicaciones.

Según reveló recientemente el cirujano Sergio Alfieri en una entrevista con Il Corriere della Sera, el Pontífice vivió su momento más crítico el 28 de febrero, cuando sufrió un broncoespasmo que agravó su ya delicado estado de salud. Un episodio similar se repitió días después, generando preocupación en su entorno más cercano. «Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor, quienes realmente lo quieren, como a un padre», relató Alfieri, poniendo en evidencia la gravedad del estado del Santo Padre durante su hospitalización.

«Los buenos no lo son sino con la ayuda de Dios»

Desde su regreso al Vaticano, el Papa sigue convaleciente en la residencia de Santa Marta, donde alterna la fisioterapia respiratoria y motora con su actividad pastoral, bajo la constante supervisión de un equipo médico. Aunque continúa con oxígeno durante el día, ya no necesita ventilación mecánica nocturna, lo que indica una recuperación progresiva. Sin embargo, los médicos han señalado que su rehabilitación tomará «al menos dos meses», por lo que su agenda se mantiene muy reducida.

La canonización de José Gregorio Hernández, aprobada el pasado 24 de febrero mientras el Papa aún permanecía ingresado, ha sido motivo de júbilo en Venezuela. El beato, conocido como el «Médico de los pobres», se convertirá en el primer santo del país, lo que ha generado celebraciones prolongadas en toda la nación.

El Pontífice recibió en el Gemelli al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y a monseñor Edgar Peña Parra, sustituto para los Asuntos Generales. En aquel encuentro, autorizó la promulgación de varios decretos del dicasterio para las Causas de los Santos, entre ellos el que confirmó la canonización de Hernández, una noticia esperada por los venezolanos desde hace años.

José Gregorio Hernández, el llamado «Médico de los pobres», ha sido en diversas ocasiones resaltado por Francisco como un ejemplo de fe y servicio a los más necesitados. En una catequesis pronunciada en 2023, el Pontífice destacó que su vida fue un testimonio de cómo la gracia de Dios florece en las obras de caridad y en el compromiso con «las grandes cuestiones sociales, económicas y políticas de hoy».

«Los buenos no lo son sino con la ayuda de Dios», decía el beato venezolano. Francisco ha subrayado en más de una ocasión cómo Hernández veía a Cristo reflejado en «los pobres, los enfermos, los migrantes y los que sufren», una visión que marcó su entrega a los más vulnerables a finales del siglo XIX y principios del XX.