Por qué enfermamos en verano y qué recomiendan los médicos

en las últimas semanas se han producido un aumento significativo de casos de Covid-19 a los que se han unido los clásicos resfriados que circulan entre la población durante todo el año, independientemente del clima o la estación. Aunque los casos de covid en su mayoría son leves, el doctor Estanislao Nistal, Doctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo afirma que «la prevención y el tratamiento de estas infecciones sigue siendo muy importante».

Hay algunos factores que pueden favorecer el aumento de las infecciones respiratorias en la temporada estival, por ejemplo, la bajada de defensas que se produce cuando el cuerpo se enfrenta a continuos cambios bruscos de temperatura, como los que se producen cuando pasamos de un lugar caluroso a espacios cerrados con aire acondicionado y viceversa.

Además, los propios sistemas de refrigeración pueden ser los responsables de algunas enfermedades respiratorias, ya sea por una exposición excesiva a un aire demasiado frio y seco, o porque pueden albergar y propagar diferentes virus, bacterias y hongos.

El parón brusco de actividad cuando llegan las vacaciones puede debilitar nuestro sistema inmunitarioDoctor Estanislao NistalDoctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo

Otro de los factores que pueden influir en los resfriados de verano, tal y como apunta Nistal es que «el parón brusco de actividad cuando llegan las vacaciones puede debilitar nuestro sistema inmunitario y hacer que nos volvamos más propensos a infectarnos y enfermar».

Recomendaciones

Para disminuir el riesgo de contraer un virus respiratorio en verano, es recomendable tomar ciertas precauciones:

• Evitar las diferencias bruscas de temperatura: los cambios bruscos de temperatura superiores a 5 grados pueden afectar a nuestro sistema respiratorio.
• Mantener el aire acondicionado por encima de 20ªC: permanecer a una temperatura inferior puede favorecer que bajen nuestras defensas.
• Realizar un mantenimiento periódico de los sistemas de aire acondicionado, para evitar que acumulen suciedad y gérmenes.
• Ventilar las estancias de manera regular, para renovar el aire.
• Evitar las bebidas demasiado frías, que pueden resentir nuestra garganta.
• Mantener el ambiente húmedo: lo recomendable es que los niveles de humedad del aire estén por encima del 30% para evitar que las mucosas se resequen.
• Mantener una alimentación sana y equilibrada, que nos aporte micronutrientes esenciales para reforzar las defensas.
• Prestar atención a la hidratación: debemos beber suficiente cantidad de agua para mantener el cuerpo hidratado. Esto es especialmente importante en grupos con más riesgo de sufrir deshidratación, como niños, ancianos y personas con el sistema inmune comprometido.
• Si a pesar de tomar todas estas precauciones nos contagiamos, es importante tratar los síntomas de forma conjunta y desde el momento de su aparición.

Qué hacer ante un resfriado

Los diferentes virus respiratorios comparten algunos de sus síntomas más habituales, como la congestión nasal, la tos, el malestar general, el dolor o la fiebre. Según un estudio de Kantar para Kenvue, más de la mitad de la población no toma ninguna medida cuando aparecen los primeros síntomas y aproximadamente el 40 % solo recurre a medicamentos antigripales cuando los síntomas empeoran6.

El doctor Nistal recomienda «tratar estos síntomas desde su aparición y con productos adecuados, ya que esto puede reducir la duración e intensidad de la infección y nos ayuda a evitar complicaciones». «Además, los fármacos utilizados para mitigar los síntomas respiratorios también ayudan a reducir la transmisión de virus, ya que, al reducir los estornudos, la tos y las secreciones se reduce también la probabilidad de transmitir la infección a otras personas», añade.

Tratar desde los primeros síntomas

La opción más completa para abordar los diferentes síntomas de los virus respiratorios son los medicamentos antigripales, que ofrecen un abordaje multisintomático, gracias a su combinación específica de principios activos, como:

• Paracetamol, indicado para tratar el dolor y la fiebre
• Dextrometorfano, eficaz contra la tos
• Clorfenamina, para reducir la secreción nasal y los estornudos
• Cafeína, que nos ayuda a combatir el decaimiento
• Vitamina C, que, gracias a su efecto antioxidante, favorece la reparación de tejidos dañados.

Según recuerda el experto, «los antigripales, aunque por su propio nombre se asocian mucho con los virus de la gripe, pueden ayudarnos a tratar los síntomas de otros muchos virus respiratorios causantes resfriados comunes».

En cualquier caso, ante la aparición de síntomas compatibles con gripe o algún otro virus respiratorio, es recomendable consultar cuanto antes con un profesional sanitario, ya sea médico o farmacéutico, para que pueda valorar la situación.