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Deshielo glaciar

REMITIDA / HANDOUT por UNIVERSIDAD DE BROWN
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25/3/2025

Deshielo glaciarUNIVERSIDAD DE BROWN

El deshielo masivo tras la última glaciación empezó por Norteamérica

Tras determinar cómo y dónde se produjeron los cambios en el nivel del mar, los investigadores emplean una técnica denominada «huella digital del nivel del mar»

Un estudio reciente ha revelado que el deshielo inicial en Norteamérica desencadenó una reacción en cadena que aceleró la pérdida de hielo en otras regiones del planeta, incluyendo Europa, Asia y la Antártida, al final de la última glaciación.

Hace aproximadamente 14.500 años, la fusión de las capas de hielo continentales provocó un ascenso abrupto y de gran magnitud del nivel del mar, elevándolo hasta 20 metros en un periodo de 500 años o incluso menos. Este fenómeno, conocido como Pulso de Deshielo 1a, sigue siendo objeto de debate entre los científicos, ya que aún no se ha determinado con certeza qué capas de hielo fueron responsables de semejante liberación de agua.

Investigadores de la Universidad de Brown han empleado un modelo físico actualizado sobre la dinámica del nivel del mar para reconstruir este evento. Su estudio, publicado en Nature Geoscience, aporta nuevas perspectivas sobre la interacción de las capas de hielo a nivel global y podría mejorar las proyecciones del aumento del nivel del mar en el futuro.

«Observamos un patrón interhemisférico distintivo de derretimiento asociado con este catastrófico aumento del nivel del mar en el pasado», explicó Allie Coonin, doctoranda en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Ambientales y Planetarias de la Universidad de Brown y autora principal del estudio. «Esto nos indica que existe algún tipo de mecanismo que conecta las capas de hielo a través de los hemisferios, lo cual es fundamental para comprender la estabilidad de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental en la actualidad».

Reconstrucción del cambio del nivel del mar

Para analizar eventos como el Pulso de Deshielo 1a, los científicos estudian registros del nivel del mar preservados en antiguas líneas costeras y sedimentos oceánicos. Estos contienen corales fósiles y otros indicadores biológicos que permiten establecer la cronología y magnitud de las variaciones del nivel del mar en el pasado.

Tras determinar cómo y dónde se produjeron los cambios en el nivel del mar, los investigadores emplean una técnica denominada «huella digital del nivel del mar», que permite identificar las capas de hielo que contribuyeron al deshielo. Cuando se funden grandes masas de hielo, el agua no se distribuye de manera uniforme por el planeta. En algunos lugares el nivel del mar se eleva más que en otros, e incluso puede descender en determinadas zonas, dependiendo del origen del agua de deshielo. Este patrón desigual de ascenso y descenso del nivel del mar ayuda a rastrear la procedencia del agua derretida.

La modelización de estos cambios debe tener en cuenta varios factores físicos. La gravedad juega un papel fundamental, ya que las capas de hielo, debido a su inmensa masa, ejercen una atracción gravitatoria que desplaza el agua oceánica circundante hacia ellas. A medida que el hielo se derrite y pierde masa, su atracción gravitatoria disminuye, permitiendo que el agua se redistribuya. Como resultado, el nivel del mar puede bajar en las proximidades de la capa de hielo en fusión, mientras aumenta en otras zonas del planeta.

Otro aspecto clave es la respuesta de la corteza terrestre a la pérdida de masa helada. Las capas de hielo ejercen una gran presión sobre la superficie terrestre, y cuando se reducen, la corteza subyacente tiende a elevarse en un proceso conocido como rebote isostático. Este efecto también contribuye a modificar la distribución del agua y a alterar el nivel del mar en distintas regiones.

En su investigación, el equipo de la Universidad de Brown incorporó a su modelo una descripción más detallada de estos procesos. Estudios anteriores solo habían considerado la deformación elástica de la corteza terrestre, es decir, su respuesta inmediata y reversible a los cambios de masa. Sin embargo, Coonin y sus colegas añadieron la deformación viscosa, un fenómeno en el que el manto terrestre –la capa situada bajo la corteza– se desplaza lentamente, similar a la miel deslizándose por una superficie inclinada.

Durante mucho tiempo, se asumió que la deformación viscosa solo se producía en escalas de miles de años, por lo que no se consideraba relevante en eventos de corta duración como el Pulso de Deshielo 1a. Sin embargo, investigaciones recientes en la Universidad de Brown y otros centros han demostrado que este proceso puede manifestarse en décadas o siglos, lo que ha llevado a replantear su impacto en el nivel del mar.

«Se ha demostrado que esta deformación viscosa puede ser importante en escalas de tiempo de décadas o siglos», indicó Harriet Lau, profesora adjunta del Departamento de Ciencias de la Tierra, Ambientales y Planetarias de la Universidad de Brown y coautora del estudio. «Allie logró integrar este fenómeno en su modelado de la deformación de la Tierra en relación con la física del nivel del mar».

Un nuevo escenario

El nuevo modelo desarrollado por el equipo de Brown ofrece una reconstrucción del Pulso de Deshielo 1a que difiere significativamente de hipótesis anteriores y se ajusta mejor a los registros geológicos disponibles. Según esta propuesta, el evento comenzó con un derretimiento moderado de la capa de hielo Laurentide, en América del Norte, que provocó un aumento del nivel del mar de aproximadamente 3 metros. Posteriormente, el deshielo se intensificó en las capas de hielo de Eurasia y la Antártida Occidental, contribuyendo con alrededor de 7 y 4,5 metros, respectivamente.

Estudios previos atribuían el Pulso de Deshielo 1a a una única fuente, aunque sin consenso sobre cuál. Mientras algunos científicos señalaban a América del Norte como el origen del deshielo, otros apuntaban a la Antártida. Sin embargo, ninguno de estos enfoques había considerado la posibilidad de una conexión causal entre los hemisferios. «Demostramos que el uso de la física adecuada marca una gran diferencia en las predicciones del nivel del mar», afirmó Coonin.

Aún se requieren más investigaciones para comprender completamente cómo interactúan las distintas capas de hielo. No obstante, los hallazgos de este estudio sugieren que el rápido derretimiento actual de la capa de hielo de Groenlandia podría influir en la estabilidad de la Antártida Occidental, a pesar de que ambas se encuentran en extremos opuestos del planeta.

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