
Ganadería extensiva bovina en la provincia de Salamanca
Algo pasa en la lonja de referencia para el vacuno: «Los precios están por debajo de la realidad»
Los productores denuncian prácticas que hacen que los valores no sean fieles a la tendencia del mercado
La lonja de Salamanca, provincia emblema para el vacuno nacional, presenta unos valores que, aunque muestran una tendencia alcista, no terminan de cuadrar con los cálculos de los productores.
La plaza charra se presenta como uno de los grandes centros del ganado en España. La tradición y su situación geográfica colocan a la lonja salmantina en una posición privilegiada; sin embargo, hace años que los ganaderos la usan como referencia y no llevan allí a sus animales.
«La lonja marca un valor de salida, pero los ganaderos prefieren vender directamente en la explotación, donde se utiliza ese precio más un añadido. Ahorras un paso y además se cobra mejor», expresa en conversación con El Debate Juan Luis Delgado, presidente de Asaja Salamanca, vicepresidente nacional y responsable de vacuno de la organización.
El extra que suman los productores en condiciones normales es 'lo que marque la lonja más 10 céntimos por kilo del animal', aunque actualmente esa cifra va hasta los 20 céntimos. «No es que los ganaderos inflen el precio, es que en la lonja no se refleja el incremento que muestra el mercado», apunta Delgado, que subraya que la demanda continúa en ascenso y esto da mayor poder a los ganaderos.Desde septiembre de 2023, la cabaña ganadera se ha reducido significativamente. La escalada de los costes agrarios y la sequía se vio acentuada por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), lo que ha dejado por el camino a un elevado número de explotaciones.
Muchos ganaderos tuvieron que optar por el sacrificio de vacas para salvar su negocio. Una vez sorteada la crisis, la climatología ha dado un respiro al campo y aquellos que se han sostenido ven recompensado su trabajo con precios hasta ahora desconocidos.
«No deberían bajar porque los costes son los que son. Es cierto que ahora vivimos una buena situación y quizá en un futuro puede haber cierto margen, pero hay que entender que los precios están así por la demanda», explica Delgado, que alude a la cuestión coyuntural de la pujanza del producto y a la estructural de la merma de ganado.
La organización profesional agraria mayoritaria en España denuncia que las cotizaciones de la lonja de Salamanca están «muy desfasadas con respecto a los precios reales de mercado». Fuentes del sector señalan a la figura de los tratantes que hacen de intermediarios con el ganado como responsables de que, tal y como lamenta Delgado, «los precios estén por debajo de la realidad».
«Los tratantes trabajan por volumen y necesitan muchos animales para sacar su parte. Ahora hay menos ganado y lo han notado, por eso hunden el precio en la lonja de manera tan exagerada», explican las fuentes consultadas. En el campo, la sospecha es que los tratantes acuerdan unos precios oficiales en la lonja para afectar al mercado y luego cerrar los acuerdos «por detrás».
Delgado comenta que la lonja charra se ha convertido en un centro de concentración donde los tratantes minoristas llevan ganado y los mayoristas lo compran en cantidad para venderlo a cebaderos de Aragón o Cataluña, principalmente. «Tanto los que compran como los que venden son intermediarios, por lo que no les interesa que el precio de referencia sea alto porque de ello depende su margen de beneficio».
Asaja reclama que la lonja establezca directamente el valor adecuado para no tener que servir de base y a partir de ahí negociar: «Al final el perjudicado es el productor porque esos céntimos por kilo que se arañan luego hay que pelearlos. Si la lonja sirviera de absoluta referencia no tendríamos sumar esos 20 céntimos. Los intermediarios también tienen que ganar dinero, eso lo entendemos, pero la lonja ha de ser más realista», concluye Delgado.