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El músico y compositor Nacho Cano

El músico y compositor Nacho CanoGtres Online

Nacho Cano: «Me han dado caña por ser como soy, pero voy a seguir siéndolo»

El sueño de toda una vida del exmiembro de Mecano, Malinche, es la estrella de la temporada de musicales. Sobre su ejecución, los problemas de abordar el tema de la colonización y su posible exportación a Broadway hemos hablado con el músico y compositor

Ni pirámide, ni Ayuso, ni vecinos cabreados. La verdadera importancia del nuevo proyecto de Nacho Cano (Madrid, 1963) es su lucha contra la leyenda negra española y el revisionismo histórico que asola no sólo España, sino el panorama internacional, y muy especialmente Sudamérica. El músico y compositor ha escogido narrar la historia de La Malinche, mujer nahua originaria del actual estado mexicano de Veracruz, que jugó un papel fundamental en la conquista de Tenochtitlán: fue intérprete, consejera e intermediaria de Hernán Cortés, si bien más adelante se convirtió en su esposa, bautizándose con el nombre cristiano de Marina y dando a luz a su primer hijo, Martín, quien es considerado uno de los primeros mestizos surgidos de la conquista de México.

Ahora, uno de los miembros fundadores de Mecano, la banda que puso a bailar a toda La Movida, espera que sea esta historia con la que consiga dejar atrás, por fin, aquella resaca con la que compuso Hoy no me puedo levantar a los 17 años. Entre críticas de un lado y de otro –«Pienso que igual es hasta bueno que me ataquen, porque me pone cachondo», afirma sin tapujos–, Nacho Cano mantiene 150 nóminas gracias a sus inversores. «Los que me atacan, en cambio, no pagan ninguna», responde sarcástico, a la vez que pide a todo el mundo que espere a ver Malinche para criticarle.

El Debate se ha colado en la tramoya del teatro, ha atravesado la monumental pirámide azteca que ha construido y ha tocado el agua de la cascada que pronto bañará a un elenco variado y diverso, en el que, tras la salida de Chanel, Andrea Bayardo ha tomado el relevo. Y es un espectáculo imperdible, abierto al público desde el próximo 15 de septiembre. «Espero que le guste a todo el mundo y que se lo pasen bien. Si no, va a ser una putada».

–Tras casi 12 años desarrollando este proyecto, ¿de qué está más orgulloso?

–Sinceramente, de haber llegado hasta aquí, de haber podido llegar a poner mi idea encima del escenario. Y no sólo de eso, sino de poder hacerlo como yo quería, tanto en las dimensiones como en la potencia que siempre imaginé. Después de más de una década, este es el espectáculo con el que yo soñaba.

–Dice que Malinche busca hacer que nos fijemos «en el lado bueno del ser humano». Sin embargo, es la historia de la conquista en un momento de revisionismo histórico en el que parece que hay que tratar ciertos temas con cuidado...

–Creo que la historia puede verse y leerse de muchas maneras. Por ejemplo, la percepción que tienen los italianos de su historia con los romanos... es una percepción maravillosa, y eran crueles como nadie. Entonces depende del ánimo que tengamos los que continuamos la historia, los que miramos hacia atrás: podemos leer los hechos históricos por lo que son o por lo que creemos que han supuesto para nosotros. Nosotros vamos a contar la parte bonita de la historia. Los artistas tenemos que sacar la belleza de lo peor. Nosotros no vamos a analizar entre buenos y malos, para nosotros todos son buenos. La historia ha juzgado muy mal a unos y a otros.

Nosotros no vamos a analizar entre buenos y malos, para nosotros todos son buenos

–¿Es cierto que le enseñó la obra a Beatriz Gutiérrez Müller, mujer de López Obrador, presidente de México y en continua lucha con España por el pasado colonial?

–Con el propio López Obrador no he hablado, pero a ella le presenté el proyecto y le encantó. Además, supo ver el punto musical y de celebración, que es lo que buscamos con Malinche. Me invitó a comer a su casa y quedó encantada. De hecho, escribió un tuit al respecto: « Escuchamos a Armando Manzanero. Nacho Cano está muy animado por la futura presentación de Malinche que se estrenará en México. Le deseo un éxito grande. Gracias a Mónica Vélez por reunir a estos talentos». ¡Estamos celebrando! México no tiene ningún tinte político.

–Pero el musical de Malinche sí tiene un tinte político, y va a ser usado políticamente, como ya ha ocurrido.

–Estoy seguro de que me comprarán entradas las gentes de izquierdas y las de derechas. A mí la izquierda y la derecha me dan igual, porque yo es estoy con las personas y con los valores humanos que no entienden de ese tipo de nomenclatura y adjetivos. Este es un musical para las personas de aquí y de allí, piensen lo que piensen. Se valora la figura de una mujer que, en un mundo de hombres y muy agresivo, consiguió triunfar en la vida e imponer su carisma y su perspectiva. Y eso es lo que mostramos.

–¿Le siguen llegando críticas por su relación con Ayuso?

–Claro, y seguirán llegando. Pero después de 40 años en esto estoy más que acostumbrado a los ataques, aunque a nadie le gusten. Yo la apoyé porque ella y su equipo, Marta Rivera de la Cruz, que estaba en Ciudadanos, mantuvieron los teatros abiertos en la pandemia. Eso fue valiente por su parte. Mi apoyo fue un acto de agradecimiento personal, que le hacía de parte de todos los artistas, porque si no, hubiera tenido que echar a mucha gente. Si paras este tren, no se vuelve a poner en marcha. Pero ese acto de agradecimiento me supuso un ataque desmedido de sus enemigos.

–Frente al continuo enfrentamiento, ¿ha querido rescatar la historia del mestizaje para incidir en lo que nos une, en lugar de en lo que nos separa?

–Este musical es mi visión. Y Malinche ha sido la madre del mestizaje y, para mí, la mujer más importante en la construcción de América. Nosotros tenemos una historia de la que estar orgullosos, cosa que no pasa con otros países, donde mataron a todos los indígenas. En Estados Unidos desde luego no van a hacer un musical sobre eso: parece que allí nunca ha ocurrido nada malo.

–¿Qué consecuencias tuvo el mestizaje, más allá de las obvias de mezcla de culturas y aspectos físicos?

–Supuso una revolución, especialmente desde el punto de vista de las relaciones entre civilizaciones. Un conquistador español llega y se casa con una mujer que había sido vendida como esclava por su propio pueblo. Eso habla de la concepción que había en España del ser humano. El mestizaje fue real; otra cosa es que no sepamos historia.

La Malinche haciendo de intérprete entre indígenas y españoles durante el descubrimiento y la conquista de América. Palacio de Gobierno de Tlaxcala, mural de Desiderio Hernández

La Malinche haciendo de intérprete entre indígenas y españoles durante el descubrimiento y la conquista de AméricaPalacio de Gobierno de Tlaxcala, mural de Desiderio Hernández

El mestizaje fue real; otra cosa es que no sepamos historia

–Además de Malinche, hay otras figuras importantes...

–América se debe al mestizaje y ella es la madre del mestizaje. Pero están por supuesto Hernán Cortés, también Pedro de Alvarado, Moctezuma... Es una historia de amor, pero también tocamos el cambio de paradigma, la concepción del cosmos que tenían los aztecas, el mundo de la Biblia, del catolicismo y la forma cristiana de tratar a los indígenas. Hay tantos elementos en esa historia que daría para hacer cien musicales. Yo he hecho sólo uno.

–Y musicalmente, ¿cómo ha sido el proceso de composición de las canciones del musical?

–Ha sido un proceso muy largo, extremadamente largo y complejo. Cuando me fui a Miami en 2010, me di cuenta de que esa ciudad era fruto de algo espectacular que había ocurrido allí, y me puse a estudiar historia a la vez que empezaba a componer los primeros temas. Así descubrí la figura clave de la conquista: Malinche es la mujer más importante, la madre del mestizaje, aunque su figura se ha manipulado. Pero gracias a que es un musical, vamos a mezclar música, drama, emoción, aventura y diversión. Malinche es el elemento histórico que nos ayuda a construirlo, pero esto es para pasárnoslo bien: es mi visión de la jugada. Ha sido un proceso muy complejo, pero ya estamos a pocos días de estrenar y estoy contento de todo lo que ha ido sucediendo.

–¿Qué aporta Malinche a la extensa cartelera de musicales?

–Principalmente, que es un musical de nueva creación, español, hecho aquí. Es una oda a nosotros mismos, a nuestra historia. Y tenemos expectativa de franquicias en otros países, porque mezcla el arte español y el arte latino, que es lo que está en auge ahora.

–¿Llegará a Broadway?

–Parece que nosotros siempre importamos grandes producciones; es hora de que las exportemos también. Estamos acostumbrados a franquiciar musicales de Broadway, va siendo hora de venderles algo a ellos. Y creo que no nos va a costar mucho esfuerzo. Ya tenemos los contactos en Las Vegas, y también en algunos puntos de Asia, como Macao. Necesito teatros grandes, más grandes de hecho que los que hay en Broadway, aunque allí aprendí casi todo lo que sé de musicales. De hecho, Asia se está convirtiendo también en un mercado importante para los musicales y el mundo del espectáculo cultural.

«Estamos acostumbrados a franquiciar musicales de Broadway, va siendo hora de venderles algo a ellos»

La polémica pirámide

–Finalmente no pudo construir aquella pirámide, pero ha construido otra, según hemos podido ver algunos privilegiados. ¿Qué va a encontrar el público en este pabellón?

–Tampoco es que que yo tuviera un especial interés en construir la famosa pirámide de Hortaleza. Y si finalmente no pude construirla, es porque en ese espacio necesitaba un colchón de sonido para insonorizarla, algo carísimo y muy difícil de hacer. Los vecinos se quejaron, porque es una zona con viviendas, y al final la hemos construido aquí, en Ifema. Pero la escenografía es la original, con la que se planteó el proyecto, y es impresionante. De hecho estoy casi más contento aquí, porque no tengo problemas de vecinos...

–Pero ¿no es verdad que había llegado a un acuerdo para construirla?

–Aquel espacio –el solar de 10.000 metros cuadrados de Hortaleza– fue gestionado por la vicealcaldesa Begoña Villacís y Mariano Fuentes, delegado de Desarrollo Urbano. No se pudo hacer allí, pero yo nunca tuve trato de favor. Todo lo que se dijo eran mentiras. Me han dado caña por ser como soy, pero voy a seguir siéndolo.

–¿El arte va más allá de la política?

–Siempre. Los artistas que seguimos escuchando murieron ya hace muchos años.

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