Para cerrar el año quedan 72.521 millones por contabilizar
¿Por qué María Jesús Montero no ha contabilizado esos gastos?
Como explicaba en el pasado artículo, los Presupuestos Generales del Estado, aprobados en 2022 para el ejercicio 2023 y renovados para 2024, sumaban 381.508 millones.
A través de los sucesivos Consejos de Ministros, se han aprobado incrementos de gasto de 49.257 millones hasta llegar a un presupuesto de 430.765 millones, lo que supone un 12,9 % más que lo aprobado por las Cortes. Este incremento se reparte en 18.742 millones más en operaciones no financieras (gasto corriente) y 30.514 millones más en operaciones financieras (préstamos y deuda).
Cualquier persona con algo de sentido común –y quien escribe esto, algo tiene– piensa que, si se ha hecho el «esfuerzo» de aprobar 49.257 millones más gasto, será para ejecutarlos y no para dejarlos sin ejecutar.
Por eso, quiero invitarles a reflexionar, porque sé que es algo que muchos me agradecen, especialmente quienes valoran los principios y los argumentos razonados. Hablemos sobre el gasto público y la actuación de un gobierno cargado de corrupción, que solo puede mantenerse en el poder derrochando dinero.
Veamos cómo juega la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a quien, de vez en cuando, me gusta llamar como al rubio de la serie del Virginiano, Doug McClure, conocido en la serie como «Trampas».
Trampas Montero, factótum del gobierno en asuntos económicos, es vicepresidenta primera y vicesecretaria general del partido, justo en ambos casos por debajo de Sánchez. Lo que está haciendo en la contabilidad nacional a noviembre es sorprendente: solo lleva apuntado el 80 % del presupuesto ampliado, lo que está muy por debajo de lo que debería contabilizarse, dado que 11 meses del año sobre los 12 suponen que debería estar registrado el 91,6 % del gasto, o casi.
«Un gobierno cargado de corrupción, que solo puede mantenerse en el poder derrochando dinero»
Esto significa que, a noviembre, faltan por contabilizar 36.337 millones en total, de los cuales 30.570 millones corresponden a operaciones no financieras.
La pregunta fácil es: ¿Por qué Montero no ha contabilizado esos gastos? Porque el déficit contable ha subido un 19,9 %, hasta alcanzar los 37.228 millones. Esa cifra ya supone un 2,35 % de déficit sobre el PIB. Si a ese déficit de 37.228 millones se le sumasen 30.570 millones más, el déficit contable sería de 67.798 millones, lo que representaría un 4,27 % del PIB, muy lejos del objetivo comprometido con Bruselas de no superar el 3 %. Esto nos colocaría bajo el protocolo de déficit excesivo, que implica la retención de todas las entregas de fondos hasta presentar un plan de corrección.
Lo que «Trampas» Montero quiere es presentar ese dato en diciembre y justificar que la culpa del déficit es de los gastos extraordinarios aprobados para las ayudas a Valencia y a los damnificados por la dana. Así intentará excusar que el déficit no es fruto de su incapacidad de gestión, sino de los gastos extraordinarios.
Por ello, en diciembre tendrán que contabilizar 72.520 millones en un solo mes, cuando la media de gasto total mensual es de 32.567 millones. Pero lo más preocupante es que tendrán que contabilizar en operaciones no financieras, que es donde se calcula el déficit, 52.629 millones en un mes, frente a la media contable de 19.088 millones mensuales en los 11 primeros meses. Esto supone que en un solo mes tendrán que registrar 2,7 veces más que la media.
Así, en gastos de personal, que llevan contabilizado el 85,8 %, tendrán que incluir por la paga extra, 3.042 millones más.
En gastos corrientes, tendrán que hacer lo mismo que el año pasado: en diciembre, incluir 2.322 millones, porque solo llevan contabilizado el 65,2 %.
En gastos financieros, o dejan gastos para el año que viene o tendrán que ampliar la cifra, ya que llevan el 97,2 % de lo aprobado.
En transferencias corrientes, que llevan solo el 82,1 %, si transfieren lo que dicen que deben, tendrán que contabilizar 28.510 millones.
En inversiones reales, tendrán que reconocer gastos por 6.506 millones, porque solo tienen reconocidos gastos por el 52,1 % del presupuesto ampliado. En transferencias de capital, tendrán que sumar 11.112 millones, porque a noviembre llevan reconocidos el 56,7 %.
Todo esto sumará los 52.682 millones de gasto que elevarán el déficit contable a cerca de 70.000 millones, disparando el déficit a muy cerca del 4,5 %. Sin embargo, el gobierno culpará a las desgracias de Valencia, aunque todos sabemos que el dinero está llegando a cuentagotas.
De este modo, «Trampas» Montero conseguirá una victoria ante su jefe, quien anda muy cabreado con ella por su incapacidad para negociar unos nuevos Presupuestos Generales. Y el «César» Sánchez tendrá que arrodillarse ante el «Emperador» fugado si quiere tener Presupuestos Generales y llegar a 2027 con tranquilidad.
Y, para seguir en la Moncloa, Pedro Sánchez es capaz de eso y de ponerse en pompa.