Tal y como refleja una encuesta reciente de ClearPath Strategies, si consideráramos a Venezuela como un país democrático con elecciones libres y justas, el resultado estaría decidido. Gracias a estas alentadoras disquisiciones The Economist aporta una acertada conclusión: «El dilema del régimen de Maduro consistirá entre amañar o perder las elecciones». Hasta 20 puntos de ventaja les auguran con una participación que superaría el 70 %.

Debido a que estos sondeos otorgan a Edmundo González Urrutia una victoria contundente que le posiciona como claro favorito para convertirse en el próximo presidente de Venezuela. Entre este pueblo hispanoamericano se siente un entusiasmo inusitado e histórico. Sólo hay que comprobar las calles atestadas en los mítines del partido Mesa de la Unidad Democrática.

Siempre unidos, la más conocida María Corina Machado apoya la figura de Edmundo González que juntos buscan arrebatar el poder al dictador Maduro. Machado ha supuesto un empujón a esta candidatura como refleja que un 61 % del electorado ha decidido su apoyo gracias a la presencia de esta figura clave en la candidatura para un esperado cambio en el país sudamericano.

Aseguran que el liderazgo y la imagen pública de González sobre Maduro se mantiene estable, consistente y creciente. La victoria para un giro de timón parece clara ya que el 59 % de los probables votantes y un 89 % de los pertenecientes a la oposición augura que Edmundo ganará los comicios.

Se habla con eufemismos tipo «ingeniería electoral» y el «control institucional» del régimen como una forma para que el gobierno reduzca esa ventaja. Una manera más para describir el posible fraude electoral.

Lo cierto es que salvo que el juego sucio continúe, en la denominada Tierra de Gracia por Colón, existirá en unos días un «cambio real» en una Venezuela «sometida a un régimen que los ha empobrecido».