A ver, Casado...
En el PP, como es obvio, tiene usted mucha fuerza y poder. Pero en la fuerza y el poder también aparecen grietas, y de las grietas vienen los derrumbamientos. Olvídese de Vox, que no es su adversario. Y céntrese en hacer oposición a este calamitoso Gobierno que nos arruina
El Tribunal Constitucional ha sentenciado que también el segundo estado de alarma fue inconstitucional. En el fallo señala que impidió al Congreso de los Diputados ejercer la obligada labor de controlar al Ejecutivo. La ilegalidad del primer confinamiento, la ilegalidad del segundo confinamiento, y la ilegalidad de «cerrojazo» del Congreso durante el primer estado de alarma, son consecuencia de los recursos presentados por Vox, que cuenta con 52 diputados. El PP de Casado, en lugar de recurrir se limita a las advertencias. Y se envalentona recordándolas. «Advertí a Sánchez en el Congreso que su alarma era un estado de excepción encubierto para evitar el control judicial y parlamentario. El Tribunal Constitucional vuelve a declararlo inconstitucional. La situación de excepción no permite establecer una dictadura constitucional». Bien recordado, Casado. Pero el PP se abstuvo, y agachó la cabeza. Fueron los de Vox, con 52 diputados, los causantes de lo que usted considera hoy un triunfo del Partido Popular. Creo que además de sus desprecios, los de Vox merecen su gratitud. Al menos porque saben interponer los recursos que el PP considera innecesario presentar. Gracias a esos recursos, bien argumentados y documentados, en España podemos afirmar que tenemos un Gobierno abiertamente anticonstitucional. Una anomalía de alta gravedad, que usted y su partido no se atreverán a adoptar como objetivo fundamental de su mal llamada oposición.
Lo sé, y me consta, que usted atraviesa por momentos de tribulación. La sentencia ignaciana, «en tiempos de tribulación no hacer mudanza», quizá no encaja con su estado de ánimo. Ha tenido la oportunidad, siendo el líder de la oposición, de ejercer su liderazgo contra el Gobierno más gamberro, inútil, caro, inculto, mentiroso, derrochador y antiespañol de la historia de nuestra democracia. Asimismo, el más antidemocrático, por haber sentado en el Consejo de Ministros los culos de un grupo de resentidos y alocados que representan la más antidemocrática de las prácticas e ideologías políticas y económicas, como es el comunismo. Y todo eso para que Sánchez viva en La Moncloa y demuestre sin pudor que su bienestar personal, en su escala de valores, sobrevuela a gran altura el bienestar y la estabilidad de España. Y usted, señor Casado, ha pasado desapercibido al respecto. No ha hecho oposición. Se ha limitado a protestar un poco y advertir mucho. La oposición la han ejercido quienes tienen hoy por hoy la mitad del poder presencial en el Congreso que el PP.
Tengo leído que en el PP de Madrid un considerable número de militantes le ha anunciado una querella si usted retrasa la celebración del Congreso del PP, al que teme más que a un nublado. Usted no teme a Sánchez, con el que se lleva bastante bien. Usted teme a Isabel Díaz Ayuso, que es la que puede llamar al camión de la mudanza. Aunque no le guste leerlo ni oírlo, usted sólo ha hecho auténtica oposición contra Vox y frente a Isabel Díaz Ayuso. Es decir, contra el partido político constitucionalista que ha socavado la gran mentira del Gobierno, y contra la militante del PP que se ha convertido en la esperanza de millones de los votantes de su partido.
En el PP, como es obvio, tiene usted mucha fuerza y poder. Pero en la fuerza y el poder también aparecen grietas, y de las grietas vienen los derrumbamientos. Olvídese de Vox, que no es su adversario. Y céntrese en hacer oposición a este calamitoso Gobierno que nos arruina, nos separa y nos quiere trocear España sostenido por el comunismo, el separatismo catalán y el terrorismo etarra. Haga oposición aunque se la faciliten los que usted desprecia. Los españoles, y entre ellos sus votantes, no están para bromas, regañitos, apaños y carantoñas.