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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Pobre Pedro, qué disgustazo

Todavía seguimos compungidos ante la traición del taimado ultraderechista Feijóo al noble, sincero, honesto y leal presidente Sánchez

Actualizada 10:00

En esta feliz y avanzada era «progresista» los hombres ya no debemos tener miedo a airear nuestros sentimientos. Así que voy a reconocerlo: llevo tres días muy abatido, con un clínex siempre a mano, porque no puedo evitar que a ratos las lágrimas vuelvan a empañarme la mirada. La razón de semejante desazón es evidente: la vil traición del taimado ultraderechista Feijóo al noble, sincero, honesto y leal presidente Sánchez. No quiero ni imaginar lo que habrá sufrido el bueno de Peter ante esta puñalada trapera de la derecha. Confieso que yo no había llorado tanto desde el estreno hace 43 años de Campeón, aquel dramón lacrimógeno de Franco Zeffirelli.

Lo sucedido es intolerable. El 10 de octubre, en una conversación entre ambos para buscar por fin el acuerdo sobre el Poder Judicial, Sánchez le garantizó a Feijóo que no tocaría el delito de sedición. Posteriormente, Bolaños, que llevaba las negociaciones con González Pons, aseguró al PP durante cuatro días y sus correspondientes noches que el PSOE no abordarían la sedición. Pero finalmente los socialistas decidieron hacer todo lo contrario de lo que habían prometido y anunciaron la reforma del Código Penal para convertir ese delito en una ganga (pues era el pago que había exigido ERC este año a cambio de su apoyo a los Presupuestos y a seguir sosteniendo a Sánchez).

¿Y qué hace el luciferino Feijóo al descubrir que Sánchez y Bolaños los habían engañado como a pánfilos? Pues pásmense: en lugar de reconocer que la verdad no existe, que la amoralidad táctica es una hermosa manera de hacer «política progresista» y que Sánchez tiene el sagrado derecho a tomar el pelo a quien le plazca, lo que ha hecho el retorcido ultraderechista Feijóo es romper la negociación con el PSOE. Lo hizo además obedeciendo órdenes directas de los hombres del puro, de los magnates malandrines de las eléctricas y de los contubernios mediáticos fascistoides. En realidad, la orden la dio Isabel Ayuso, que sabido es que manda en Génova y maneja a Albertiño como un pelele al que «le tiemblan las piernas» (aunque uno ha obtenido cuatro mayorías absolutas consecutivas y la otra ninguna hasta la fecha).

Me he enterado de todos los detalles de la artera traición de Feijóo gracias a mis biblias informativas de cabecera, que son el periódico global, las ruedas de prensa-mitin de Isabel Rodríguez; las teles cuatro, cinco y seis y algunos periodistas imparciales, como el honorable Fortes. Y no logro superar mi disgusto. Es tremendo ver a una persona de la calidad moral y política del presidente Sánchez engañada así por esta gentuza del PP. Como dice Isabel Rodríguez, la sonrisa del régimen, «yo a ese señor ya no me atrevo a llamarle líder de la oposición, con él no se puede ni jugar al parchís».

El PP se ha pasado siete pueblos. Así que lo que hay que hacer ahora es cambiar la ley y pasar a nombrar a los jueces a la brava y sin contar con ellos, convertir el delito de sedición en un chiste, asaltar el TC para hacer posibles en un futuro consultas de autodeterminación para nuestros amiguetes golpistas y seguir minando la monarquía, que es un estorbo para el gran programa neobolivariano en curso. Gracias a todas, todos y todes por compartir este ilusionante proyecto, que es también el de Junqueras, Chapote, Irene Montero y Mohamed VI.

(PD: Nos toman por lerdos todos los días. Pero igual en las elecciones se llevan un susto...).

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