Las izquierdas separatistas
Entregarte de lleno a un partido de extrema izquierda ultranacionalista en las elecciones autonómicas gallegas pulveriza las viejas señas de identidad
Ya no queda izquierda nacional, y el certificado de su definitiva defunción lo pone el PSOE en Galicia con su entrega al BNG. Una entrega que convierte en cruda realidad la expresión izquierdas separatistas, que podía parecer simplista y populista hace algún tiempo. Ahora, el concepto de izquierdas separatistas define la situación de la izquierda en España, con una extrema izquierda que siempre defendió el separatismo, y con la novedad de un socialismo que ya no solo pacta con el separatismo para permanecer en la Moncloa, sino que se entrega completamente a un partido ultranacionalista y de extrema izquierda en Galicia.
La campaña socialista para hacer presidenta a Pontón y en contra de propio candidato es producto de la desesperación por las previsiones de las encuestas, del miedo de Sánchez a lo que pueda venir tras el batacazo socialista, pero también es el punto final del camino de identitarismo y unidad con el nacionalismo que el socialismo tomó con Zapatero. Para lograr mayorías parlamentarias cada vez más complicadas para el centro-izquierda y para evitar gobiernos de la derecha. Ahora, de los pactos y de las simpatías se ha pasado a la entrega total al nacionalismo en Galicia y eso significa la destrucción de un socialismo nacional y patriota.
Implica también que la puerta está abierta a que el PSOE pueda pactar con Bildu en el País Vasco tras las elecciones autonómicas vascas. Si se ha entregado al BNG, nada le impide ya hacerlo a Bildu, el socio del BNG. Socio en las listas del Parlamento Europeo, socio en las manifestaciones proetarras y socio en ideas. Desde el ultranacionalismo que quiere eliminar el español en Galicia y exigir el derecho de autodeterminación hasta el abierto blanqueamiento de ETA y el alineamiento con la ultraizquierda internacional.
Pero la evolución socialista era conocida. La novedad, incluso la sorpresa, es el suicidio del PSOE en Galicia y su sumisión al BNG. Lo que fortalece el nacionalismo radical en Galicia, un nacionalismo que nunca superó el 25 por viento del voto y puede llegar ahora al 30 por ciento, incluso más, y que, con el apoyo del socialismo, puede llevar a Galicia a los escenarios de conflicto, discriminación, ataques al pluralismo y xenofobia contra lo español que ya viven vascos y catalanes.
El suicidio socialista me recuerda al del socialismo francés en 2022, cuando se entregó a la extrema izquierda identitaria y proislamista de Jean-Luc Mélenchon en las elecciones legislativas. La diferencia en España, es cierto, es que el PSOE mantiene una importante intención de voto a nivel nacional. Pero mientras sacrifica algunos de sus viejos valores, sobre todo, su carácter de partido nacional que cree en la unidad de España y de partido de centroizquierda diferenciado de la ultraizquierda comunista. Los pactos de Sánchez con Junts y ERC ya habían hecho mucho daño a esas viejas señas de identidad, pero aún podían disfrazarse de mero pragmatismo para mantener el Gobierno.
Pero entregarte de lleno a un partido de extrema izquierda ultranacionalista en las elecciones autonómicas gallegas pulveriza las viejas señas de identidad. La próxima vez que los socialistas hablen de moderación, pluralismo o España, se nos aparecerá la imagen de su candidata Ana Pontón y de su partido en Galicia, el BNG.