El PSOE va con los delincuentes
Ha liberado violadores, ha derogado la sedición, ha rebajado la malversación, ha indultado a Juana Rivas, ha acelerado el borrado penal del los ERE y ha permitido que Puigdemont pase el día por Barcelona con sus amigotes
El detonante ha sido el paripé de Puigdemont, no hay duda. Si un país como el nuestro, que ha combatido con éxito el terrorismo, no es capaz de engrilletar a un prófugo que, previo aviso, se pega seis minutos parado en mitad de una rotonda... es que lo han dejado escapar. O por acción (los Mossos) o por omisión (Interior).
El enfado es real, aunque todavía hay gente que prefiere vivir en una hamaca intelectual, ajena a la desigualdad que se está normalizando. Pero hay contestación. El otro día subimos a las redes del periódico el vídeo de unos jóvenes apuntando con un láser al helicóptero de la Policía (muy mal hecho, por cierto). Todos están ya perfectamente identificados y se enfrentan a multas que van desde los 30.000 hasta los 600.000 euros. Un lector respondía: «Para esto sí, claro. Pero para Puigdemont no debía haber helicópteros ese día. Anda y que vayan a esparragar». En efecto, el agravio está en la calle. Y es verdad: si hubieran destinado en Barcelona un par de los furgones que mandaban a Ferraz para vigilar el Rosario (peligrosísima actividad), otro gallo cantaría.
El problema es que el PSOE está abiertamente del lado del crimen. Lo secunda. Ha liberado violadores, ha derogado la sedición, ha rebajado la malversación, ha indultado a Juana Rivas, ha acelerado el borrado penal del los ERE de Andalucía y ha permitido que Puigdemont pase el día por Barcelona con sus amigotes. A mayores, la única ley más o menos grande que han aprobado este curso, la de la amnistía, está redactada a medias con Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont, de Sito Miñanco y, para más señas, secuestrador condenado al servicio de la ETA. Esas son las compañías del PSOE, por lo que no resulta exagerado decir que va con ellos. Algún día tendrán que decir si lo hacían por oportunismo (siete votos) o por convencimiento.
A la vista de los números, tengo incluso serias dudas de que estén combatiendo eficazmente la violencia contra la mujer. El año pasado fue el peor en esta materia desde 2019 y aquí seguimos, diciendo que el peligro es Vox. Es verdad que sin víctimas no podrían licitar puntos violetas a las amigas de Ana Redondo, pero ese otro tema y otra columna.
La fuga de Puigdemont ha servido para demostrar en prime time que la ley ya no es igual para todos. Y eso es un legado terrible para un país. Porque el sanchismo acabará. Nada es para siempre, ni la juventud ni la legislatura. La pena es que, para mantenerla viva, haya que pagar todo este peaje.