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HorizonteRamón Pérez-Maura

Dejar morir a los funcionarios

¿Dónde van a acoplarse los médicos, enfermeras y demás personal de muchos hospitales y centros médicos «concertados»? Todo forma parte de una ofensiva ideológica contra la prestación de servicios sociales por sistemas que no sean directamente el Estado

Actualizada 01:30

Está muy bien lo de desearnos todos un feliz Año Nuevo. Es casi una tautología y para compensarla yo apostillo «si nos dejan». Pero este último día del año veo a muchos compatriotas verdaderamente angustiados por lo que sus circunstancias personales les va a deparar. Circunstancias personales a las que se han visto abocados a la fuerza por el Gobierno de la nación. No este, sino todos a lo largo de décadas. El pasado viernes se hacía público que Adeslas ha decidido abandonar la nueva licitación para mantener en vida a Muface. Considerando que esta compañía acoge al 48 por ciento de los beneficiarios de Muface, parece técnicamente difícil que esta mutualidad pueda seguir ofreciendo un servicio por el que sus beneficiarios llevan toda una vida profesional pagando.

Se dice que el número de afectados es de 1,5 millones de funcionarios y familiares. Que es casi como decir que atacan el rancho 1.004 indios. Cuatro delante y unos mil detrás. Porque el número de familiares que están asociados a esos funcionarios es casi imposible de determinar más que por el propio Gobierno. Que está callado.

La explicación de por qué entre los funcionarios no se ven afectados jueces y militares es inverosímil. Públicamente, nos dicen que son «colectivos» mucho más pequeños y «menos envejecidos» por lo que Adeslas no perdería dinero (o tanto dinero) manteniendo su participación en ISFAS (militares y Guardia Civil) y la Mugeju, la Mutualidad de Jueces, Fiscales, etc. O sea, que lo que nos dice el Gobierno es que los militares o los jueces envejecen más despacio que, por ejemplo, los diplomáticos. Definitivamente, nos toman por idiotas.

Teniendo en cuenta el anuncio de Adeslas de que no va a participar en la licitación porque perdería 250 millones de euros en dos años en las condiciones anunciadas hay que recordar que Adeslas está controlada por CaixaBank y la Mutua y Caixa de las que el Gobierno controla más del 20 por ciento de sus acciones. La Mutua no está participada por el Estado, pero sí condicionada por el control gubernativo del sector seguros. Y con estos datos resulta muy extraño que la actitud de Adeslas sea de verdad un desafío o enfrentamiento con el Gobierno. Quizá hay algo más, pero no lo sé. Resulta evidente que ⁠la obsesión contra Muface desborda a los comunistas de Sumar y Podemos y el PSOE no hace más que ocultarse tras ellos. El Gobierno ha cedido esa carta a Sumar y la promueve. Porque, aparte de la injusticia y el perjuicio para los funcionarios, es un golpe que puede ser mortal para buena parte de la medicina privada o «concertada» y muy malo para la Seguridad Social, que se vería saturada no solo de pacientes sino de personal. ¿Dónde van a acoplarse los médicos, enfermeras y demás personal de muchos hospitales y centros médicos «concertados»? Todo forma parte de una ofensiva ideológica contra la prestación de servicios sociales por sistemas que no sean directamente el Estado.

Porque para los que no son funcionarios del Estado es muy importante entender por qué estos funcionarios están adscritos a Muface. Yo me pago un seguro sanitario privado en una compañía muy conocida al que accedí con muchas dificultades por ser diabético desde los 18 años. Pero me empeñé y lo logré. Si mañana mi compañía quebrase —Dios no lo quiera— yo me quedaría fuera porque habría hecho una apuesta equivocada a la hora de buscar mi seguro de salud. Pero los funcionarios que están en Muface no escogieron estar ahí, sino que al entrar en sus empleos estatales el Gobierno empezó a descontar de sus nóminas una aportación obligatoria a Muface. Y como en España no hemos tenido una revolución, este Gobierno es tributario de las decisiones de todos los gobiernos anteriores y no debería poder dejar tirados a todos estos funcionarios. Entre los que, por cierto, los hay de izquierdas y de derechas. Y cabe preguntarse a qué están PP y Vox que no han prestado más atención a este enorme problema para tantos españoles que están a punto de ver cómo el dinero que se les ha obligado a invertir a lo largo de toda una vida, no ha servido para nada. Algunos están esperando a que se mueran donde puedan.

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