El doble
Les narro, sin entrar en detalles superficiales, el meollo de la operación secreta. Encontrar un doble para que Sánchez no tenga que pasar por el bochorno de los gritos, improperios e insultos que recibe cada vez que pisa la calle
Por casualidad, Sin mérito alguno por mi parte, he sabido de una operación secreta del Gobierno de España que no ha dado, hasta el día de hoy – por ayer-, el fruto deseado.
En la terraza de un bar ubicado en el corazón de Comillas, La Bolera, se sentaron a tomar un café dos tipos con aspecto de asesores del Gobierno. Lo cierto es que hay tantos asesores del Gobierno esparcidos por España, que no es complicado coincidir con algunos de ellos. El asesor del Gobierno, cuando queda con otro asesor nuevo del mismo Gobierno, lleva como clave que garantiza su condición, un ejemplar de «El País» enrollado a modo de cucurucho tipo tubo, y juguetea con él, hasta que el otro contacto, también con un ejemplar de «El País» doblado por la mitad, advierte la presencia del asesor A, se aproxima a la mesa y le pregunta en clave de espía: –¿Ha leído usted lo de Pepa Bueno?–; –Si el asesor A le responde –Todavía no he tenido tiempo de hacerlo, el asesor B, aliviado por el éxito del encuentro, se sienta en la mesa del asesor A, pide otro café, y le saluda de esta guisa: –Mucho gusto en conocerte, compañero. Y claro, agudicé los oídos. –Algo importante se traen entre manos estos hábiles asesores–, me dije de manera muy disimulada, y aprovechando un descuido de los dos asesores, me puse unas gafas de sol que me hacían irreconocible.
Les narro, sin entrar en detalles superficiales, el meollo de la operación secreta. Encontrar un doble para que Sánchez no tenga que pasar por el bochorno de los gritos, improperios e insultos que recibe cada vez que pisa la calle. La búsqueda, hasta ahora, ha resultado infructuosa. Según el asesor A, en un pueblo del norte de Palencia, Mave, vive un tipo muy parecido a Sánchez, pero sólo de cintura hacia arriba. De cintura hacia abajo, es corto de piernas y presenta unos muslos excesivamente gordos. El asesor B, defiende la contratación o secuestro «sostenible» de un repartidor de frutas de la zona de Ciudad Rodrigo –Se asemeja mucho a nuestro presidente, compañero, pero carece de naturalidad y empaque. Por otra parte, y de acuerdo a mis informaciones, es de nacionalidad rumana, y los días libres de obligaciones, se viste con una camiseta del «Steaua» de Bucarest–. En principio, llegué a la conclusión de que tanto el fallido doble de los muslos gordos y piernas breves como el del rumano, han sido descartados. Pero me conmoví cuando oí lo que decía el asesor B al asesor A, que ya se habían desentendido de sus ejemplares de «El País» y del artículo de Pepa Bueno. –Hay un tipo en Torrelavega idéntico a nuestro presidente. Alto, guapo, de sonrisa franca, de andares principescos, cordialidad desbordante, gran jugador a nivel local de Balón Volea, y con una cualidad de imposible superación. Es sordo como una tapia. Así que le gritas ¡Conejo de Paiporta!, y sonríe. Así que le sueltas ¡ Socio de terroristas! Y te abraza. Así que le reprochas ¡ A ver si pones a tu mujer en su sitio! Y se le humedecen los ojos de sincera gratitud. El problema es que es de derechas, monárquico, del Real Madrid, católico, antiguo legionario, muy español, y según le han oído decir en el bar que frecuenta, que si alguna vez en la vida se encuentra cara a cara con nuestro presidente, le va a calentar los morros–. –Bien, bien, lo importante es el parecido físico. De sus defectos puede curarse si conseguimos que lo internen durante un mes en un centro de «Adecuación y Transformación Ideológica» que está a punto de inaugurarse. Tenemos que hacernos con él. Como sabrás, han prometido ascendernos de asesores a secretarios de Estado si triunfamos en nuestra misión. Unos 270.000 euros para cada uno–.
Hasta aquí lo que vi y oí. Si en los próximos meses vemos a Sánchez en la calle soportando toda suerte de descalificaciones, abucheos y desaires sin perder la compostura y dominando la función de sus esfínteres, la operación «Doble de Sánchez» habrá tenido éxito. Ni quito ni pongo.
Seguiremos indagando.