El permanente ultraje a la bandera nacional
Ha dicho la alcaldesa peneuvista de Erandio que no piensa cumplir la Ley de banderas porque el PNV es independentista y la bandera nacional no les representa. Y esto está ocurriendo desde hace décadas en la mayoría de municipios vascos y catalanes
El ultraje a la bandera nacional está tan normalizado en España, que no es ni noticia. Por eso ustedes probablemente ni se habrán enterado de que, este jueves, un joven concejal del PP del municipio vizcaíno de Erandio, Iker Iribarren, ha exigido a la alcaldesa del PNV, Aitziber Olibán, que cumpla la Ley de banderas de una vez y coloque la bandera nacional donde corresponde, en el balcón del ayuntamiento, y no escondida en un jardín trasero, detrás de una gran ikurriña.
Tan extendido está el ultraje a la bandera en el País Vasco y en Cataluña, que lo de Erandio no es una excepción. Es la «normalidad», esa normalidad que tanto alaba el Partido Socialista. En Cataluña, la asociación Impulso Ciudadano hasta lo ha contabilizado: tan solo 132 de los 947 municipios catalanes cumplen la ley. En el País Vasco, un simple recorrido por sus pueblos muestra que el porcentaje es igualmente enorme. Y con el silencio casi generalizado. De ahí que la iniciativa del joven concejal sea tan disruptiva que ni siquiera los medios de comunicación se hayan molestado en destacarla. Ni les ha interesado el valor del concejal para oponerse al ultraje nacionalista, ni tampoco les ha interesado lo que le respondió la alcaldesa peneuvista: que no le da la gana de cumplir la ley, porque el PNV es independentista y lucha por la patria vasca, y la bandera nacional no les representa. Con un par, podría decir alguno, si bien el par hay que tenerlo en Cataluña y País Vasco para protestar contra ese estado de cosas ilegal e inconstitucional.
Imaginen por un momento que los alcaldes del PP, del PSOE o de Vox incumplieran la Ley de banderas y escondieran la ikurriña o la senyera en el País Vasco y Cataluña. Háganse una idea del escándalo nacional. El apelativo de fachas se quedaría corto, y habría manifestaciones en las calles contra el fascismo que quiere acabar con la democracia y discrimina a los vascos y catalanes. Pues esto es exactamente lo que pasa, pero al revés. Que los partidos nacionalistas se saltan la ley y discriminan a los ciudadanos por motivos políticos, negándoles el símbolo de su nacionalidad y de su derecho a ser españoles. Oculto la bandera y niego tu derecho a sentirte español. Ridiculizo y desprecio la bandera nacional y te ridiculizo y desprecio a ti, ciudadano que te sientes español. Y, además, extiendo el miedo a que lo proclames, porque España no existe en este municipio.
Y si sigues protestando, es que eres un facha de esos que lleva «la banderita» en la muñeca, te dice una buena parte de la izquierda nacional. Así lo llaman, «la banderita», lo que jamás osarían llamar a la ikurriña o a la senyera. Y luego te añaden su nuevo concepto de patriotismo, ese de la igualdad y los derechos sociales. Pero que solo vale para el patriotismo español, no para los nacionalismos.
Dice el artículo noveno de la Ley de banderas que las autoridades corregirán en el acto las infracciones a esta Ley. Pero resulta que los nacionalistas se saltan la ley desde hace décadas y las llamadas autoridades no la hacen cumplir, porque, al fin y al cabo, qué importancia tiene el ultraje a la bandera y la negación de los derechos de los ciudadanos vascos y catalanes. Y, mientras tanto, lo que hace la izquierda gobernante, este miércoles en el Congreso, es homenajear puesta en pie a Aitor Esteban, el nuevo jefe de la alcaldesa de Erandio, ese hombre tan educado que ordena incumplir la ley, ultrajar la bandera nacional y despreciar a los ciudadanos vascos.