¿Realmente está Doña Úrsula en sus cabales?

«Cuando la autoridad se presenta con la apariencia de organización, muestra un encanto tan fascinador que puede convertir las comunidades de gentes libres en estados totalitarios» The Times 1944.

Sin preámbulos voy a comentar tan solo dos cuestiones que sustentan mi pregunta sobre la Presidenta de la Comisión Doña Úrsula Von der Leyen.

El pasado dos de marzo se celebró en Londres una reunión en la que participaron distintos países europeos para ver si era posible armonizar una posición y acción común en relación con la guerra de Ucrania; no se pudo. A partir de ahí la presidenta de la Comisión Europea no ha parado de hablar sobre la defensa común europea, el rearme y otras cuestiones de esta naturaleza. Pero lo que me llama poderosamente la atención es que ni en Londres, ni después, haya pronunciado una sola vez la palabra OTAN. Pues es la organización encargada de la defensa tanto de países integrantes de la UE como de la de países no miembros. ¿Esta señora da por amortizada la OTAN? Hay naciones que pertenecen a la UE y otras que no, como el Reino Unido, que tienen firmados sus acuerdos de pertenencia a la Organización del Atlántico Norte y esa es una relación bilateral entre naciones soberanas y la organización. El compromiso de invertir en defensa un porcentaje del PIB es algo que compete a la relación establecida entre los distintos países miembros que trabajan conjuntamente en el seno de esa organización. Nada tiene que decir esta señora sobre esta cuestión. Se arroga ahora el rol de lideresa de la defensa europea, cuando su papel se debe limitar a animar a los miembros de la UE a fortalecer a la OTAN y estrechar las relaciones con ella; no a ignorarla. También puede decidir si se permite aumentar los déficits fiscales en el caso de aumentar la inversión en defensa; por supuesto ha optado por la opción menos beneficiosa para la salud de las economías europeas; en caso de conflicto lo afrontaremos con economías más débiles.

Me dejó muy preocupado escucharle decir que «ha llegado el momento de que Europa asuma su propia defensa» ¿Qué quiere decir? ¿Qué los países adheridos abandonemos la NATO? La UE no tiene competencias en materia de defensa y somos los estados independientemente los que tras décadas de incumplimiento tenemos que asumir nuestros compromisos en porcentajes de gasto sobre PIB pero con la OTAN, no con Bruselas.

Tiene la Organización del Tratado del Atlántico Norte una historia de éxito ya que en 76 años tan sólo una vez ha tenido que actuar invocando el artículo 5 del tratado que es el de defensa colectiva tras un ataque a un país miembro; fue en la guerra de Afganistán tras el 11 M. Una vez en 76 años es un éxito rotundo. Es mejor una defensa con la OTAN fuerte y su experto, eficiente y siempre listo para actuar, Comité Militar que otro sueño débil. Las decisiones en el Tratado se toman de forma consensuada, actuar al margen militarmente en Ucrania es una temeridad. Pensemos que si un país aliado entra en combate con Rusia en Ucrania y es atacado por aquella, tendremos que ir todos a sacarle las castañas del fuego con el indeseable riesgo de una generalización del conflicto Así que nos compete reforzar e intensificar nuestras relaciones, como países, con la OTAN y que hagan los experimentos solo con gaseosa.

He dicho que iba a comentar dos cuestiones, aunque hay muchas, aquí va la segunda.

Doña Úrsula está empeñada en seguir adelante con la llamada «Directiva sobre Diligencia Debida de las Empresas en Materia de Sostenibilidad» ¡Toma ya! Ya la longitud del nombre asusta.

Se trata de una nueva normativa por la se obligará a empresas europeas a auditar y comprobar si sus proveedores y los proveedores de estos, respetan los derechos humanos y si son diligentes, según el arbitrario criterio de la UE, con el cuidado del medio ambiente. Como lo leen. No sé lo que piensa esta señora, pero en España los derechos humanos se respetan, la duda ofende, y si no se hace actúan jueces y policías, no empresas.

En principio las empresas «policía» serán aquellas que tengan más de 1.000 empleados y una facturación superior a 450 millones de Euros. Y las empresas sospechosas serán todas las demás aunque se encuentren en otros países. O sea que lo que doña Úrsula quiere decir es que una empresa del Perú, por poner un ejemplo, que cumple de forma escrupulosa con su legislación nacional ha de cumplir también con otra legislación que, de facto, se sobrepone a la suya y dejarse auditar. Si a terceros países les ponemos dificultades para exporta a Europa con esta norma, es lógico que reaccionen dificultando sus importaciones con origen en la UE.

El mayúsculo disparate intervencionista de corte social-populista, afectará a las empresas de cierto tamaño que tendrán que gastar en implementar y realizar los procedimientos necesarios para cumplir con la disruptiva directiva; incrementarán sus costes y perderán márgenes y competitividad. Y a las Pymes y pequeños negocios que tendrán que afrontar mayor híper regulación, trámites administrativos, operativa compleja y pérdida de competitividad por aumento de sus costes, perderá ventas al repercutir sus nuevos costes a sus clientes; ello además del riesgo de sanciones que promete establecer la Torquemada Europea. Todo esto, es fruto del absurdo capricho climático y coincide además con el asunto arancelario; facilidades y felicidades europeas

Otra de las previsibles consecuencias es que, para simplificar la vida empresarial, incrementemos nuestras compras al gran amigo de la Comisión que es China, en perjuicio de nosotros mismos y de nuestros aliados y amigos. Un país, China que como todo el mundo sabe no es un ejemplo de respeto a los derechos humanos, la democracia y el medio ambiente.

La verdad es que estoy convencido de que Von der Leyen y sus comisarios, ¡caray con el nombrecito!, se cargan la Unión Europea ellos solos y nos dejan a los ciudadanos sin ella. Yo tengo mi propia opinión sobre si doña Úrsula está o no en sus cabales. Seguro que usted también la tiene.

• José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario