
Jacques Hamel murió en un atentado en una iglesia cerca de Rouen
La hermana del sacerdote francés asesinado por dos yihadistas escribe un libro con la madre uno de ellos
Roseline aceptó el encuentro «para intentar comprender» y tras una relectura intensa de la Biblia pidió a la Virgen que le diera fuerzas para seguir los pasos de Jesús
Daban las 9:43 del 26 de julio de 2016 cuando en mitad de la Eucaristía diaria que celebraba en su parroquia de Saint-Étienne-du-Rouvray el padre Jacques Hamel fue asesinado –18 cuchilladas– por dos terroristas islamistas. El crimen conmocionó a Francia y, también, se puede decir, a buena parte del planeta.
Hoy, casi nueve años después de aquel derramamiento de sangre en un lugar sagrado, la hermana menor del padre Hamel, Roseline, publica un libro junto con Nassera Kermiche, madre de uno de los asesinos. Se titula Soeurs de douleur (Hermanas de dolor, por su traducción literal) y ha sido coordinado por Samuel Lieven, director del semanario católico Pélerin.
En una entrevista concedida a otro semanario, Le Point, Roseline Hamel, de 84 años, madre de 4 hijos y abuela de 10 nietos, empieza diciendo que aceptó el diálogo con Nassera Kermiche para «intentar comprender». Explicación: «mi objetivo inicial no era buscar el perdón. Buscaba sobre todo comprender, comprender sin juzgar. La ley de los hombres hace lo que tiene que hacer; ¡sólo Dios es dueño a bordo! Tuve la gracia de no sentir ningún odio, ni el día en que asesinaron a mi hermano ni en los días siguientes. Fue motivo de gran asombro para todos nosotros».

Tumba de Jacques Hamel
Sentadas las bases morales del caso, quedaba por configurar el itinerario que desembocaría en el encuentro con Nassera. «Este encuentro no se produjo de la noche a la mañana. No fue el resultado de un movimiento de fe, de realización religiosa; fue el fruto de una necesidad humana muy profunda. Tras meses de meditación, sentí la necesidad de comprender cómo pudo producirse un acontecimiento tan desgarrador y cruel. Y para comprender, hay que saber. Así fue como sentí esa profunda necesidad de conocer a esa persona. Me puse en el lugar de esa madre. Yo también podría haber tenido un hijo que se equivocó de camino y cometió un acto tan horrible».
El acercamiento entre Roseline y Nassera comenzó con llamadas telefónicas hasta que un día la primera aceptó ver a la segunda. La hermana del padre Hamel entiende perfectamente que a muchas personas les haya chocado su iniciativa. Sin embargo, tal y como señala a Le Point, «yo también podría haber tenido un hijo que se hubiera equivocado de camino y cometiera un acto tan horrible».

La hermana de Jacques Hamel, Rosaline, junto al Papa Francisco
Roseline admite en esas mismas páginas que su fe se resintió por el asesinato. Le pedí cuentas a Dios. «¿Por qué había atacado a nuestra familia? ¿Por qué atacar a mi hermano, que lo había dado todo por Él y por la sociedad? Durante meses mantuve esta conversación en voz alta con Dios». Hasta que se puso a hojear asiduamente la Biblia y un día cualquiera su atención topó con la parábola en la que un hombre interpela a Jesús, diciéndole: «¿Dónde estabas tú cuando yo sufría? Y Jesús responde: “Pero si yo estaba allí». El hombre replica: «mientes, sólo hay una huella en el suelo a mi lado». Y Jesús responde: “sí, es la mía: sólo hay una huella porque te llevé a cuestas».
Fue un punto de inflexión: el domingo siguiente, lo leyó en la iglesia y después acudió a rezar a la Virgen María ante de una pietà de la iglesia de San José de Armentières, cerca de mi casa, «para que me diera la fuerza de seguir los pasos de mi hermano, como Ella había seguido los de su Hijo, poniendo en práctica las palabras de Jesús». El encuentro con Nassera ya solo podía ser la consecuencia lógica de ese itinerario espiritual.