La leche cómo es mejor: ¿entera, semidesnatada o desnatada?
Aunque está en auge el consumo de leches vegetales, sigue siendo mayoritario el consumo de leche de vaca en nuestro país, seguido del de oveja y del de cabra, según el Código Alimentario Español (CAE). Ahora bien, no siempre tenemos claro qué leche de vaca es mejor consumir. Son muchos los que piensan que la leche entera de vaca engorda, o que su consumo en líneas generales no es bueno para nuestra salud o, por el contrario, que es imprescindible en nuestra dieta.
La Fundación Española de Nutrición (FEN) explica que la leche entera de vaca es rica en proteínas, en calcio y en yodo, y se la considera un alimento que representa «el mejor aporte de calcio, proteínas, y otros nutrientes necesarios para la formación de los dientes y de los huesos». De hecho, mantiene que los niños deben consumirla entera, ya que conserva así toda su energía, y las vitaminas A y D.
Pero también aseguran los expertos de la FEN que durante la edad adulta es idóneo su consumo, en torno a una taza diaria, para poder mantener la masa ósea, y prevenir la desmineralización de los huesos; un efecto que cobra aún más importancia durante la lactancia materna, el embarazo, o la menopausia.
En una entrevista en Infosalus a la dietista-nutricionista Sandra Moñino, de la consulta Nutriciónate, confirma que hoy en día su consumo no es imprescindible en nuestra dieta porque podemos obtener sus nutrientes de otros alimentos: «Aunque tiene muchas propiedades, estas se pueden suplir con la ingesta de otros alimentos que contengan las mismas propiedades, y además en el caso de algunos alimentos en mayores cantidades».
Por ejemplo, cita que, aparte de ser rica en calcio y en fósforo, la leche de vaca contiene vitamina D y la A, unas vitaminas liposolubles (grasas que contiene), y en el caso de la A, por ejemplo, superimportante para la visión, el sistema inmunitario, la reproducción, para el crecimiento y desarrollo de los músculos y de los huesos. «Se encuentra, por ejemplo, en el hígado en mayor cantidad, así como en el pescado, o en los huevos, en comparación con la leche», apunta.
Ahora bien, esta nutricionista remarca que la leche si no es entera no contiene esas grasas de buena calidad que hace que ese alimento sea tan completo. Desde la Fundación Española de Nutrición remarcan en este punto que la grasa de la leche resulta fácil de digerir, ya que se encuentra en forma de pequeños glóbulos rodeados de una fina capa protectora.
¿Engorda la leche entera?
Sin embargo, sí advierte que, dado el contenido calórico de la leche entera, personas con sobrepeso, obesidad y alteraciones de lípidos en sangre (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia), pueden optar por la leche semidesnatada o desnatada, con una menor cantidad de grasa como hemos citado y, en consecuencia, también de calorías y de colesterol. «A pesar de su valor nutritivo, la leche de vaca está contraindicada en algunas situaciones concretas, como en el caso de quienes sufren intolerancia a la lactosa, galactosemia, y alergia a la leche», apostilla.
Sandra Moñino reseña que la leche es muy famosa porque es muy rica en calcio, pero indica que un vaso de leche contiene 100 mg de calcio, mientras que una sardina 400, o que con tres puñados de almendras podemos conseguir el mismo calcio que aporta un vaso de leche.
¿Entera, semi o desnatada?
La experta en nutrición asegura que la mejor elección es la leche 'entera' porque al final contiene todas las propiedades antes citadas de forma natural: «En cambio, cuando es desnatada ahí se le quita casi toda la grasa que contiene la leche, que hemos visto que es superimportante a la hora de aportar nutrientes, así como a la hora de digerir los azúcares de la leche, como puede ser la lactosa. Si tomamos leche desnatada, por ejemplo, podemos notar que nos sienta mal la leche, pero esto es porque no contiene la grasa que ayuda a asimilar esos azúcares».
Nutricionalmente hablando es mejor, según reitera esta experta, y a la hora de ser digerida mantiene igualmente que es mejor que sea entera. «Hay gente que les parece que está muy fuerte la entera, o que la ven muy densa, acostumbrados a la desnatada; para estos podría ser también la semidesnatada una buena alternativa, mientras que la desnatada la desaconsejo porque es como beber un vaso de agua», agrega.
Sobre el calcio, dice que en parte sí que se puede perder cuando la leche de vaca no es entera, aunque no en su totalidad, según matiza; de ahí que a las leches semidesnatadas o las desnatadas de vaca en muchas ocasiones las enriquezcan con suplementos, por ejemplo con vitamina D y A, que es lo que aporta la grasa, esas vitaminas liposolubles de las que antes hablábamos.
Además, Moñino remarca que a veces se dice que la leche desnatada es mejor porque la entera engorda, pero al consumirla entera dice que se consume grasa y esa leche se digiere mejor y se cause menos inflamación en el cuerpo, un aspecto también importante y relacionado con coger peso o no.
Ella recomienda no tomar más de un vaso de leche al día, e intentar no excedernos del consumo de leche porque hay otros alimentos que podemos desplazar si tomamos leche, y que nos aportan igualmente muchos o más beneficios.
En el caso de que no nos guste la leche, ¿de qué otras fuentes alimenticias podemos obtener sus nutrientes? La experta de Nutriciónate detalla que, en el caso del calcio, este también podemos obtenerlo de las sardinas, de las almendras, de los mariscos, y luego tomando pescado, huevos y frutos secos.